III. Cross-Dressing

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Como cada domingo por la tarde, la gran carga de ropa salía de su ciclo de secado de la lavadora, lista para ser doblada y llevada de nuevo al guardarropa. Cada quien tomó la que le correspondía y se dirigió a su propia habitación. Para variar, Murdoc era el único que no se molestaba en poner un orden a sus atuendos. Él es más de arrojarlo todo junto en el closet. Entre tanto desastre de prendas, intenta abrir un espacio, pero no hace un buen trabajo, y considera que meter todo a la fuerza es la solución. Apenas y entra la ropa vuelta un ovillo. Al final una simple prenda cae al suelo -menos mal esta vez sólo una-. Murdoc la levanta sin problemas aunque de inmediato se da cuenta que esa pieza no le pertenece.

"Estúpido Russel". Piensa. El gordo ha confundido una falda negra de tablillas con las ropas del bajista y se la ha dado por error.― ¡Noodle, una de tus faldas se mezcló entre mis cosas!-No obtuvo respuesta. Recordó que la chica debía llevar a su gato al veterinario. Seguramente estaría ahí ahora. Y caía en cuenta de que esa falda era algo corta, quizá demasiado.

Sintió una punzada en el pecho al recordar que Noods ya no era una niña, ya tenía edad para vestir lo que quisiera; y aun así sintió la necesidad de decirle que aquellos atuendos eran muy reveladores ¿Pero a quien engañaba? Murdoc nunca fue nadie para reclamarle nada a Noodle y no lo haría ahora. Sin embargo continuó divagando en cómo el estilo de su guitarrista cambió al paso de los años. Desde que la banda se reunió para trabajar en Humanz, su vestimenta consistió más en faldas cortas y shorts, escotes o tops en cuanto a blusas, y de vez en cuando algunos zapatos con tacones para armar el conjunto.

¿Y en serio las faldas eran tan cómodas como algunos decían? Su mente ya estaba perdida en divagaciones estúpidas. No perdía nada con intentarlo. Se deshizo de pantalones y calzado, introdujo ambos pies dentro de la falda y la deslizó hacia arriba sobre las piernas ¿Esto era por pura curiosidad, cierto? Y vaya, al parecer los rumores eran reales, se sentía bastante bien. Caló un rato, sintiéndose a gusto con ella. Era casi magia como esas cosas eran capaces de acentuarle las caderas a una mujer. Se admiró un rato mirándose hacia abajo, sintiéndose como una colegiala. Pero suficiente de juegos, devolvería esa prenda ahora mismo.

Fue a la habitación de la nipona, a su guardarropa y la colgó en un gancho. Estuvo a punto de retirarse cuando cerca del lugar casi tropieza con una caja que no vio ahí antes. La levanta y ve que se trata de una caja nueva de zapatos. El contenido sigue adentro. Levanta la tapa para echar un vistazo y se impresiona con lo bonitos que son esos botines sintéticos terminando en punta, con agujetas delgadas y tacón cuadrado. Son...son perfectos para ir a juego con la falda.




👠




2D ya ha revisado varias veces su guardarropa, pero no encuentra una camiseta que le falta. Fue a revisar al cuarto de Russel por si él la tenía y nada; prefiere ir a los aposentos de Noodle antes que molestar a Murdoc. Hace a un lado la puerta corrediza ya que esa ahí.―Oye Noods, me preguntaba si no habías visto mi...-Calla de inmediato al presenciar tal escena ante sus ojos.

Murdoc trae puesta una falda, botines que le llegan apenas arriba del tobillo, un top con la palabra "vulgar" escrito en el, labial rojo delicadamente aplicado, y un cepillo en la mano que hasta hace poco utilizó para arreglarse el cabello, y al parecer se admiraba en el espejo de cuerpo completo.

― ¡Estúpido ¿No sabes tocar la puerta?!

2D apenas pensaba en como rayos se tocaba una puerta corredera hasta que sintió el golpe del cepillo al ser lanzado darle directo en la frente.― ¡Perdón Mudz! ¡Tienes razón, debí preguntar primero!-Sale corriendo de ahí con tal de ya no recibir más golpes y regaños.

KinkTober 2doc 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora