- Hola - saludo ella muy tierna, demasiado tierna
- hola - contestó - ¿vienes a hablar igual con el director González?-
En ese momento abre la puerta el director, un hombre ya muy adulto, muy bien vestido, con sacó y corbata, un poco pasado de peso y con lentes.
- Kenneth, ¿Cómo estás? - dijo algo apresurado - me vas a disculpar pero tengo una reunión, ahora mismo con el supervisor de zona, pero la maestra Carolina te dará el recorrido y mi secretaria te dará tus papales, y se bienvenido al colegio "José Bates"
Ella me sonrió mientras veíamos como se iba el director muy apresurado.
- me llamo Carolina Hernández - dijo mientras extendía su mano para saludarme.
- hola yo soy Kenneth Torres -
- así que eres el nuevo profesor de matemáticas de secundaria -
- así es, es un colegio muy acogedor -
- así es el colegio al ser tan chico hace que todos se conozcan y sea más padre ser maestro aquí -
Mientras hablaba con Carolina pasamos a lado de la secretaria y dándome mis papeles nos apresuramos a recorrer el campus, si podría llamarse así.
- el colegio se fundó hace 50 años, y en un principio era un colegio para señoritas, hasta que hace 25 años se abrió para hombres igual, y hace 10 se inauguró la primaria - me contaba Carolina la historia de la escuela con tanta emoción, la realidad no me importaba mucho la historia, nunca me había llamado la atención los hechos que ya habían ocurrido hace tiempo, los sentía aburridos, pero la forma en que esta chica lo contaba, era una delicia escucharla hablar.
- ¿Tienes alguna duda?- pregunto Carolina.
- ah, no - conteste un poco confuso, realmente no había escuchado mucho de lo que me decía. - bueno, solo tengo una, ¿ maestra de que eres aquí? - trate de no verme tan obvio.
- ah, soy maestra de primaria, de segundo de primaria para ser exactos - dijo ella sonriendo mientras se retiraba a su salón.
Algo tenía esa chica, que la hacía diferente.
Al llegar al salón, su salón de clases, se sentío tan realizado, tenía su propio escritorio con su silla, un pizarrón muy grande y aproximadamente 15 sillas frente a mi, un clima y todo lo necesario para dar clases.
era genial, lo más genial que me había pasado,tenía su propio salón, en las prácticas de la universidad, ya había estado en salones, pero nunca como el maestro titular, era una experiencia increíble y fantástica.
- buenos días mi nombre es Kenneth Torres y seré su nuevo maestro de matemáticas - decía muy emocionado mientras su pequeño grupo de 13 estudiantes de segundo de secundaria lo veían un poco raro, acababa de salir de la universidad, así que era bastante, mucho más joven que su anterior maestro el cual dejo de dar clases por su jubilación, así que se abrió la vacante y él tuvo la oportunidad de obtenerla.
- ¿Cuántos años tiene maestro? - preguntó una chica de baja estatura y ojos azules. -"está debe ser la popular"- se dijo en su mente - 27 años contesto a la niña.
Su primer día de trabajo transcurrió de manera muy tranquila, al ser una escuela chica, habían pocos grupos así que solo tienes 4 grupos que atender, 2 de primero, 1 de segundo y 1 de tercero, todos de no menos de 15 alumnos, ¿Cómo pagarán todo? se pregunto Kenneth mientras sacaba cuentas. Su primer sueño se había cumplido ser maestro y tener una licenciatura, pero aún faltaba el segundo, el cual consistía en abrir su propio colegio particular y no era demasiado temprano para empezar a sacar cuentas.
Mientras caminaba a la parada del autobús sentía un calor sofocante, eran las 2 de la tarde y el sol estaba en su máximo esplendor, eran 2 cuadras desde el colegio a la próxima parada de autobuses, "cuando tenga mi auto, adiós a esto de caminar" se decía a si mismo mientras se sentaba en la silla de la parada.
- ¿Cómo te fue en tu primer día? - Kenneth volteó a ver y vio a un ángel o eso se imaginó.
- muy bien, gracias por preguntar - contestó el siendo muy cortés.
- siempre dicen eso, aunque sea una mentira - contestó Carolina, que al parecer iba atrás de el todo este tiempo.
- ¿no tienes auto?-
- no, aún estoy en planes de eso. - contestó Carolina.
- Yo igual, espero en unos meses poder comprar el mío. -
Ella lo miraba de una manera muy linda, acababa de conocer a esa chica, no habían cruzado más de 15 palabras y el ya la veía como el amor de su vida.
Pasaron 17 minutos, para que llegara el autobús de ella, y Kenneth veía como subía y se despedía de él, fueron 17 minutos de una plática muy amena, en la que coincidieron en algunas cosas.
Mientras Kenneth iba en el autobús a su departamento, iba escuchando música en su iPhone, green day se le hacía algo pasado de moda, pero era su banda favorita de la juventud, su juventud aún la cuerda, no es que fuera tan viejo, pero a sus 27 años ya sabía que no era aquel joven de 17 años que escuchaba, green day, linkin park,con sus jeans de mezclilla viejos y playeras negras, aquel joven que se iba de pinta con sus amigos a fumar marihuana y a beber Tecate, ya era más responsable, pero a pesar de todo los fines de semana eran para divertirse y beber, beber mucho.
Llegó a su departamento, agarró una cerveza del refrigerador y se tomó un sorbo, bebía una cerveza con la comida, no es que fuera un alcohólico pero le gustaba su sabor, o eso quería créer, sacó un carne del congelador y se puso a cocinarla, a la plancha para ser un poco sano, frío papás y comió.
Sonó su teléfono - ¿Qué tal tu primer día hijo? - muy bien, contestó.
- Que bueno, me tengo que ir te hablo después - contestó su padre.
Su padre casi no le hablaba, no desde que se mudó de su hogar, Antonio Torres, famoso físico mexicano, uno de los más importantes científicos de los últimos años para México, había estudiado en Harvard y había puesto a México en un puesto reconocido para la física en el mundo, un hombre siempre bien vestido, con un traje hecho a la medida, lentes y de calva muy exagerada, pero con un muy bien IQ, desde su niñez Kenneth pasó su infancia viendo a su padre siempre estresado por su trabajo, ser investigador de la UNAM no era algo fácil y menos en su campo, la física, y la antimateria el tema más interesante para su padre, así que Kenneth nunca tuvo a su padre en los momentos más importantes, siempre estaba en el laboratorio o en su oficina, por eso odiaba las matemáticas.
Su tarde fue bastante aburrida, luego de checar y revisar sus planeaciones, Kenneth se pasó la tarde viendo series de Netflix y tomando cerveza, luego escuchaba música mientras pensaba que hacer para no aburrirse, así hasta que quedó dormido.
Esa noche solo con Carolina.
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Me enamoré de una chica cristiana
RomanceEl amor es el sentimiento más grande del mundo, en esta emocionante novela conocerás a Kenneth un joven maestro de matemáticas, y a su compañera de trabajo la cual le cambiará su vida.