Capítulo 10

1.2K 92 1
                                    


Tomsom se encargo de machacarme el discurso hasta aprendérmelo, corrigió mi postura hasta mi forma de hablar y caminar.

Estaba totalmente agotada y tan solo quedaban 3 horas para que empiece el baile, tengo los nervios a tope.

Decidí revisar mi celular, por primera vez, tenia varias notificaciones de personas hipócritas dándome alientos.

Incluso Mateo formaba parte de esta lista, y claro no podía faltar Monic presumiendo de su tan feliz noviazgo.

Aun ese es un punto que duele.

Marque el número de Ma Lucí y rogué que contestara, no tenia mucho tiempo antes de que llegaran los maquillistas.

~Llamada~

~Mi pequeña Less

-Ma Lucí, perdón por no haber llamado antes.

~ Tranquila, Doson me a mantenido informada de todo, incluso de tu mal comportamiento, Less tu no eres así, quiero que con vivas con esa gente de manera pacifica ¿esta bien?

- Si mamá, tratare de hacerlo, enserio lo intentaré, los extraño.

~ Y nosotros a ti Less, tu abuelo no se despego del celular el primer día, creía que le llamarías.

Una lágrima cayo por mi rostro.

- Puedes... ¿Puedes ponerlo al celular un momento? No tengo mucho tiempo.

~ Claro corazón, Cuídate mi niña y recuerda quien eres y a quien honras.

-Lo haré.

Respire profundo calmándome un poco y espere a que hablaran una vez más.

~¿Alex?

-Perdón, tenia tantas cosas en la cabeza que no recordé lo que verdaderamente importa.

~No pasa nada Alex, tardaste pero ... Lo hiciste en este día, ¿sabes? Tu madre hubiera puesto el grito en el cielo al ver esas hermosas rosas de un azul al estilo Less.

Sonreí un poco.

-Lo se.

~ Iremos a visitarte.

En eso , alguien tocó a mi puerta.

- Papá tengo que irme, tengo que prepararme para la presentación a la sociedad.

~ Cuídate Alex, estoy orgulloso de ti.

~Fin de llamada ~

— Adelante— trate de que mi voz no sonara gangosa.

—Princesa Alessandra, hemos traído a los estilistas.— me recompuse casi por completo y sonreí.

— No los hagas esperar Tom, el tiempo es nuestro mayor enemigo ahora.

Un grupo de mujeres con diferentes uniformes ingresaron cual hormigas al dulce.

—Su majestad es honor para nosotras servirla en este día, por favor permítanos ayudarla a resaltar su belleza.— Asentí levemente.

Todas las muchachas estaban con su mirada en el suelo y realizaban una reverencia.

— Bueno creo que lo mejor será empezar de una ves.— dije a la vez que era guiada por las muchachas.

Me di una ducha en perfumes exquisitos y al salir  volvieron a perfumarme enseguida me ayudaron a colocarme el vestido bellísimo, parecía sacado de una revista. Un grupo de maquillistas terminaron el trabajo con un rojo carmín.

Las muchachas me observaban maravilladas.

—Gracias por ayudarme, no logro reconocerme.— les dije mirándome en el espejo.

La Heredera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora