Capítulo 3.

147 14 8
                                    

Entré en la biblioteca y comencé a doblar pasillos decidiendo en que cubículo entrar, en todos parecía haber alguien más y no me hacía especial ilusión respirar el mismo aire que otra persona mientras intentaba concentrarme en lo mío, hasta que por fin encontré uno vacío casi al final del todo.
Abrí la puertecita de cristal y me senté en una de las dos partes de la mesa que este tenía, coloqué mi bolsa en el suelo junto a mis pies y empecé a revisar mi instagram mientras el viejo ordenador se encendía.
Hasta que de repente oí un chirrido, mierda, alguien iba a entrar a invadir mi tranquilo y solitario espacio de trabajo. Inhalé profundamente con las intenciones de soltar después todo el aire en un bufido, cuando me di cuenta de algo; este chico olía tremendamente bien. Supe que era un hombre por el olor masculino de su perfume, como Hugo Boss.
Levante mi vista cautelosamente y me encontré con unos ojos color miel mirándome fijamente y una sonrisa de anuncio de Oral B sonriéndome tiernamente.

-Hola, Amelie- me quede mirándole fijamente. Hasta que conseguí reaccionar.

-Lily, por favor. Y, ¿tu eres? -le mire extrañada, ¿quien coño es este personaje?

-Lo siento, soy Jason, pero dime Jay. Y no te asustes, estamos en clase de historia juntos,por eso se quien eres- me sonrió otra vez y volví a bajar la vista al ordenador ignorándole, me sentí un poco mal por no saber quien era, pero, la vida es dura supongo.

Intentando no reírme por mi propio pensamiento y sin  poder concentrarme en lo que hacía, me sentí tentada a volver a levantar la vista hacia ese apuesto chico castaño con un perfectamente repeinado hacia atrás tupé y unos ojos miel cautivadores, intenté resistirme y no parecer una acosadora pero no pude más así que busqué una buena excusa para mirarle sin incomodar la situación.

-Oye, eh.. Jay, ¿hace cuanto estas en clase conmigo? No recuerdo haberte visto antes

Él me volvió a sonreír mientras apartaba la vista de sus papeles para centrarla en mi y me dijo: — Soy de San Francisco pero nos mudamos aquí por trabajo de mi padre, hace cosa de un año que es jefe de planta en la multinacional de moda de un importante empresario, Fernando Sorní, ¿sabes quién es?

Se me congeló la sangre en las venas, notaba mis pulmones quedase sin aire, la boca se me secó; ¿como podía ser que de todos los chicos guapos del mundo, a mi me tocara encontrarme con el hijo de un empleado de mi padre? Joder.

-Eh.. sí claro que lo conozco, es... bueno.. es... -no sé porque me costaba tanto decirlo, o sea, es obvio que no me gusta estar relacionada con mi padre pero tampoco tiene nada de malo como para esconderlo- es mi padre -dije finalmente soltando todo el aire que desde hace rato estaba conteniendo.

-Vaya -me miró, ¿sorprendido?- pues un placer conocerte Lily Sorní pero yo ha he acabado aquí y tengo que irme a casa a si que.. ¿nos vemos en la Gala del Sábado?

-Allí nos veremos -le sonreí levemente viéndole marchar, y volví a concentrarme en mi trabajo. ¿Acabaré de una vez el puto trabajo?

 ¿Acabaré de una vez el puto trabajo?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Adrenalina - Todo por ellos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora