Capítulo 1.

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Sábado 17 de Diciembre, 1 semana antes del encuentro.

Me despierto sobresaltada, sudando y con los ojos llenos de lágrimas que amenazan con salir. Otra vez el mismo sueño, hace meses que me despierto así cada noche.
Todo empezó el 8 de Febrero de este mismo año, mi disfuncional aunque feliz de cara al resto del mundo familia, salíamos de la sede principal del gran conjunto de multinacionales que mi padre posee dispuestos a disfrutar de una cena familiar para celebrar la exitosa nueva compra de mi padre. Había mucha gente esperándonos al salir, bueno, mejor dicho, esperando a mi padre, periodistas, paparazzis, reporteros, cámaras, empresarios novatos aclamando a mi padre o lanzando plegarias de ayuda para remontar sus negocios, e incluso alguna que otra caza fortuna gritándole improperios a mi progenitor. Y entre toda esa muchedumbre, también se encontraba el hijo de puta que mató a mi hermana. Estábamos a punto de entrar en el coche de mi padre, mi hermana y yo discutíamos por quien iría en el asiento de detrás de mi padre y quien en el asiento de detrás de mi madre, y entonces yo, haciéndole un despiste entré primero, justo cuando había terminado de entrar en el coche y le estaba dando paso a la pequeña Alitza de 8 años para entrar en este, sucedió. Bum, un disparo. El mundo se paralizó, la multitud se disolvió asustada corriendo en todas direcciones, entonces oí el llanto desconsolado de mi madre, los gritos de mi padre maldiciendo a quien quiera que fuese que le había hecho daño a su pequeña, y el sonido de la sirena de la ambulancia.
No quería mirar, no podía mirar. Era consciente de lo que acababa de pasar, pero no quería serlo. Estaba en shock, no podía moverme, no podía llorar, no podía hacer nada. En mi interior gritaba, que todo esto era mi culpa, que yo debería haber recibido ese disparo, que la bala tenía que haberme dado a mi, que no le deberían haber arrebatado la vida a mi hermana.
Y noche tras noche, la imagen se repite en mis sueños, con cada palabra dicha exactamente en el momento que sucedió, con el cadaver de mi hermana arrojado en la acera cubierto por un charco de sangre, pero jamás he sido capaz de darme cuenta de quien de todos los capullos que se encontraban aquel día en la escena del crimen, fue el asesino de Alitza.

Miré el reloj de mi mesita de noche, 07:54 de la mañana, muy pronto para despertar un sábado pero sabía que no conseguiría volver a dormir, así que me levanté y me dirigí al baño, decidida a aprovechar mi día

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Miré el reloj de mi mesita de noche, 07:54 de la mañana, muy pronto para despertar un sábado pero sabía que no conseguiría volver a dormir, así que me levanté y me dirigí al baño, decidida a aprovechar mi día.
Me quité mi pijama azul de corazones blancos y la ropa interior, puse todo en el cesto de la ropa sucia y me metí en la bañera.
Después de 20 minutos bajo el chorro de agua ardiendo sobre mi piel, salí del baño envuelta en una toalla blanca y me redirigí a mi armario. Me decanté por unos mommy jeans gastados en la rodilla y un crop top negro con la expresión "Good Cry" en letras blancas, en honor a mi cantante favorita Noah Cyrus. Me calcé mis Air Max 97 blancas, me puse un cinturon negro para evitar que mis pantalones cayeran y con el pelo aun mojado bajé a la cocina donde me esperaba una torre de tostadas y un bote recién abierto de crema de chocolate.

-Buenos días mamá -dije inclinándome para besar su mejilla- y buenos días Karima - ella me sonrió.

Karima es una mujer de 49 años que desde que su marido falleció vive en mi casa y hace las veces de cocinera. Cuando era más joven era la mejor amiga de mi madre, pero, no creo si quiera que mi madre sea consciente de algo en este estado. Como su nombre indica, Karima es una mujer generosa y noble de origen árabe que me ha cuidado y querido mil veces mas que mis progenitores. El hecho de que aún no me haya vuelto loca es gracias a ella.

Después de desayunar, guardé mi movil, mi paquete de American Legend y mis llaves en mi riñonera negra, me la puse en la cintura y salí de casa en dirección a la biblioteca, cuando de repente choco contra alguien.

-Joder mira por donde coño vas casi me tiras al suelo, gilipollas -Le grite enfadada mientras levantaba la cabeza a mirarle. Mierda, acabo de gritarle en medio de toda la calle al tío mas guapo que había visto en mi vida.

Adrenalina - Todo por ellos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora