Depresión

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Me encontraba recostada en mi cama, se podían notar mis ojos rojos de tanto llorar y también se notaban unas pequeñas bolsas bajo ellos por las desveladas durante esa semana, sí ya había pasado una semana desde que termine con Matias, me encontraba viendo nuestras fotos, me partía el corazón verlas pero ahí me tenían de masoquista queriendo regresar el tiempo para que siguiéramos siendo novios, nuestra ruptura aun no la podía aceptar.

– Vamos Amanda, hay que salir con Samantha y Janeth– Dijo mi hermana y melliza Steffany.

–Steff, no estoy de humor– Dije cubriéndome con las sabanas.

– No seas floja – Steffany jalo mis sabanas.

–Ya, está bien – Me levante de la cama sin muchas ganas.

Yo aún no estaba lista, para salir con las chicas ya que conociéndolas sabía que me harían ligar con alguien, pero Matias lo era todo para mí había sido mi primer novio así que no entendía como superarlo.

– Steff, Ami aquí estamos – Grito mi amiga Samantha.

– Sí chicas ya vengan, traje a mi hermano Julio – Dijo Janeth señalando a un chico de ojos verdes.

– Chicas, quiero a Matias él lo es todo para mí y…–Mi hermana la interrumpio sabiendo que me pondría triste de nuevo.

– Vamos chicas a comprar las bebidas – Me señalo. – Tú te quedas con Julio – Me guiño el ojo y todas se fueron.

¿Por qué no entendían que no estaba de humor? Lo único que yo quería era irme, para seguir observando las fotos.

– Hola – Me dijo en un tono seductor.

– Hola – Dije seca.

–Mi nombre es Julio–

–Yo me llamo Amanda – Intente irme, pero me detuvo.

– Espera no te vayas –

– Quiero dejar en claro yo no quiero nada contigo–

– Tranquila, yo solo quería ser tu amigo – Bufo molesto.

Luego un incómodo silencio reino entre los dos, mis amigas no regresaban es como si estuvieran haciendo ellas las bebidas, ya podía imaginármelas mientras Samantha y Steffany usaban la batidora y a Janeth le salpicaba todo porque se le olvido ponerle la tapadera en la licuadora, era una escena un poco graciosa.

– Lamento haber hecho que me mal interpretaras – Dijo Julio rascándose la cabeza.

–Sí no te preocupes creo que la histérica soy yo– Una lagrima corrió por mi mejilla.

– No llores – Limpio mi lagrima pero yo comencé a llorar.

– Sabes dos años siendo novios, siempre me había dicho que me amaba pero todo había sido mentira – Sabía que hartaría al chico pero no me importo, con tal de desahogarme. – Pero no sabes, solo fue necesario una chica que conocía de dos meses para romper esta relación de años, realmente no lo entiendo –

– No sé qué decirte – Dijo con un poco de fastidio.

– Tranquilo olvida lo que dije – Intente sonreír.

– Pero eso no impide que haga esto – Me abrazo, no sé ¿Cómo se dio cuenta que un abrazo era lo que más necesitaba?

 Dos horas después de estar platicando con Julio mi hermana me envió un mensaje “Ami, que no regresáramos es que Sami se lastimo la pierna y estamos en el hospital, pero tranquila quédate con Julio, besitos te ama tu hermana Steff.”

– ¿Quién era? – Levanto una ceja.

– Apenas nos conocemos y ¿Ya me espías? – Rio ante mi comentario. – Era mi hermana, me tengo que ir a mi casa adiós–

– Espera yo te acom… – No lo deje terminar porque me fui corriendo.

De pronto comenzó a llover, jamás en mi vida había necesitado tanto las gotas de lluvia, me senté en una pequeña banca y deje de reprimir mis lágrimas, lentamente sentía como las lágrimas de mis ojos se mezclaban con las pequeñas gotas, no me importaba el hecho de enfermarme o no, lo que yo quería era sacar todo ese que me atormentaba por dentro. 

Crónicas de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora