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E'Dawn.

Mark propuso jugar juegos coreanos ya que era el mejor en ello, ninguno se quejó así que elegimos nuestras parejas y obviamente escogí a mi mejor amigo. Teníamos la victoria asegurada.
En efecto, como triunfamos, pudimos escoger la habitación más espaciosa aunque la cama fuese de matrimonio. Ésta tenía las paredes de color blanco. El armario estaba empotrado en la pared por lo que no ocuoaba mucho espacio. Tenía dos puertas correderas con espejos enormes en ellas. Dos mesitas de noches, una a cada lado, con productos de aseo personales para cada uno. Incluso había espacio para una estantería llena de libros, un cuarto de baño propio y un mini nevera.
Me dejé caer en la enorme cama ocupandola por completo. Era el colchón más cómodo que había probado en meses. De repente a mi mente vinieron varios pensamientos sobre cómo sería pasar un fin de semna en aquel apartamento con Hyeon. Dormir juntos en la cómoda cama y despertar temprano para ir a desayunar algo y pasar el día viendo la ciudad y bañándonos en la playa. Sacudí la cabeza antes de que mis ojos se volviesen llorosos y me reincorporé. Me acerqué a la pequeña nevera mientras Mark colocaba sus cosas dentro del armario.
- ¿No hay alcohol? ¿Es en serio? -pregunté fastidiado.
- Aquí podrían alojarse menores y no es como si el dueño nos fuese a proporcionar suministros para una borrachera. -respondió Mark- No te preocupes, iré a buscar cervezas.
- ¿Te acompaño? -le pregunté.
Él negó con la cabeza.
- Le diré a alguno de los chicos que me acompañe. Tú deberías quedarse durmiendl o algo por el estilo, parecías cansado en el viaje. -sugirió.
Tenía razón. Ni yo mismo entendía el por qué, pero necesitaba más sueño del normal, tal vez para recuperar todo el que había perdido durante todos aquellos meses.
- Por una vez te haré caso. -respondí tirandome de nuevo en la cama bocabajo.
- Iré a ver quién quiere venir, nos vemos luego. -tras eso, cerró la puerta de la habitación y se marchó.
Cerré los ojos intentando que Hyeon desapareciese de mis pensamientos.
Dios, necesito alcohol lo antes posible.

Hyeon.

Nos separamos y por unos segundos el silencio que nos rodeó sí que fue incómodo. Sentía que ni si quiera me merecía hablarle después de todo lo que había hecho por mí sin yo haberle dado nada a cambio más que aquella ruptura.
- No le des más vueltas. -dijo para romper el silencio- Será mejor que ocupes tu tiempo en pensar qué le vas a decir, porque como la cagues pienso patearte el culo yo mismo.
Reí ante su broma, agradeciendo que le quitase algo de seriedad y tristeza al asunto.
Caminamos uno al lado del otro hasta el coche y nos subimos. Quedaba la mitad de camino para llegar y ya estaba temblando de pies a cabeza. Todo el plan de Hui estaba muy bien, pero, ¿cómo se suponía que yo iba a hacer mi parte correctamente? E'Dawn ni si quiera sabía que yo iba a presentarme allí en medio de sus vacaciones, sin previo aviso, sin más. Menos aún con la compañía de Hui. ¿Y si le hacía sentir peor aún? ¿Y si arruinaba todas sus vacaciones?
"Hyeon y tú sois uno de los motivos por los que mi vida es un infierno."
Como si esas palabras fuesen fáciles de olvidar. Si eran ciertas, ir allí era, sin duda, la peor idea del mundo. Y, sin embargo, me encontraba en aquel coche, a pocas horas de él.
- Estás comiendote la cabeza, ¿cierto? -oi decir a Hui entre todos mis pensamientos. Asentí cabizbaja.- Abre el compartimento y coge el pen-drive, ¿quieres?
Seguí sus indicaciones y luego lo introduje en la ranura correspondiente. En seguida comenzó a sonar una melodía que me resultaba muy familiar. Era el característico y divertido ritmo del comienzo de Clap cuando Mingyu fingía no ver a Woozi debido a su estatura.
- ¿¡Tienes canciones de Seventeen aquí!? -grité emocionada.
Asintió orgulloso con una sonrisa de oreja a oreja.
- Y de muchos más, esta es de mis favoritas. -dijo mientras pasaba de canción en canción sin apartar la mirada de la carretera.
Comenzó a sonar Alright de Pentagon y solté otro gritito. El chico tenía buen gusto.
Así transcurrió más de una hora de viaje en la que bajé la ventanilla y grité la letra de todas las canciones con el mejor coreano que recordaba mientras Hui hacía los coros y aceleraba la velocidad en las zonas permitidas para una mayor adrenalina.
La sonrisa no desaparecía de mi rostro y una estruendosa y rara risa no dejaba de salir. Me calmé por un momento y lo miré fijamente. La capacidad de alegrarme que tenía aquel chico era asombrosa. Tenía claro que quería tenerle junto a mí el resto de mi vida.

Nobody knows ❧『E'Dawn』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora