Nobody knows ❧『E'Dawn』

16.

Excepto mi amiga, todos votaron la opción B c: Esta opción consistía en evitar preguntar por E'Dawn y desviar el tema a otra cosa para evitar causar un posible daño a Hui. Vamos allá ^^

Hyeon.

Por mucho que la curiosidad estuviese invadiendo cada recoveco de mi cuerpo, no podía simplemente preguntarle sin tener en cuenta sus sentimientos. Sacudí la cabeza para descartar mis dudas y trate de sonreír lo más sinceramente que pude.
- Estoy preocupada, no sé si podré aprobar. -dije finalmente.
- Pues claro que podrás, has tenido al mejor profesor a tu disposición. -en su tono se notaba algo de burla, lo cual me hizo reír y me tranquilizó un poco.
Me sorprendía como Hui siempre creía en mí y en lo que decía, sin dudar ni un solo instante. Su corazón era más puro de lo que me esperaba.
- Y también al peor alumno. Eres horrible en español. -reí y su rostro expresó que estaba ofendido.
- He mejorado mucho. "Me llamo Carmen, soy coreano. ¿Eres coreano?" -me sorprendí al oír aquellas palabras salir de su boca.
Sí que había mejorado en la pronunciación, y esta era de lo más tierna y adorable. Cualquier persona soltaría un grito y desearía estrecharle entre sus brazos.
- Conque Carmen, ¿eh? -pregunté aguantando la risa mientras él asentía triunfalmente- Y yo pensando que te llamabas Hui todo este tiempo...
En seguida comprendió a lo que yo me estaba refiriendo y comenzó a negar con la cabeza y ambas manos.
- Es lo que ponía en el libro, yo solo lo aprendí de memoria. -rascó su nuca algo nervioso.
- Lo has hecho bien. -respondí para tranquilizarle.
A decir verdad me encantaba pasar tiempo con él, casi todos nuestros ratitos juntos eran así, divertidos. Reíamos muchos, nos molestabamos el uno al otro, no había lugar para la tristeza a pesar de que sabíamos que estábamos ahí el uno para el otro. Hacía tiempo que no encontraba una persona con la que poder ignorar todo cuanto sucedía a mi alrededor, como si no importase en lo absoluto.
Sin duda Hui era una persona maravillosa de la cual deseaba enamorarme.

(...)

Mis ojos se abrieron lentamente, pero de nuevo se cerraron ante la intensidad de la luz solar que se colaba entre las rendijas de la ventana. Me reincorpore quedando sentada sobre la cama, froté mis ojos y me quedé allí por unis minutos, valorando si merecía la pena levantarse y empezar el día. Fue entonces cuando le recordé y bajé rápidamente las escaleras.
Hui estaba completamente dormido en el sofá del salón. Golpee mi frente y desee golpearle a él. Quiso quedarse en mi casa para estudiar hasta tarde y así lo hicimos. Probablemente eran casi las seis de la mañana cuando miré por última vez el reloj. Le pedí que durmiese conmigo en mi cama ya que era más comoda (sobretodo teniendo en cuenta su altura y el tamaño del sofá) pero no me hizo caso y se levantó tan pronto como me quedé dormida.
Me acerqué para despertarle de manera brusca y echarle la bronca pero me detuve a escasos centímetros cuando vi su rostro relajado y la manera en la que abrazaba uno de los cojines. De nuevo una enorme presión invadió mi pecho. ¿Era esto lo que se sentía al enamorarse? ¿O era dolor por no ser capaz de hacerlo?

E'Dawn.

Me desperté con un enorme dolor de espalda. Había pasado otra noche más en aquellos sillones incómodos de la habitación de hospital de mi madre, como desde hacía una semana. Ayer le dieron el alta a mi madre, pero por si acaso le pidieron quedarse una noche más. Tan pronto como salió de la operación estuvo pasando por horas de terapia y rehabilitación.
Me encontraba feliz por ella. No estaba recuperada, pero el hígado no fue rechazado por su cuerpo y, a pesar de que a veces la encontré llorando o siendo violenta por no poder beber, ya no dependía tanto de la bebida. Hacía unos meses probablemente ya se hubiese escapado y conseguido alcohol en algún sitio. El proceso estaba siendo y sería lento y dificultoso pero no posible. Verla día a día me hacía sentir orgulloso.
Todas aquellas cosas horribles que dije o pensé sobre ella desaparecieron. La culpa y el remordimiento me perseguían pero ya no estaba molesto con ella por haberme robado mi dinero. No dirigirle la palabra no era algo que ella necesitase en aquel momento. Me necesitaba a mí, a su hijo, lo único que le quedaba según ella.
Me levanté y entré en el cuarto de baño de la habitación donde me di una ducha rápida para eliminar el olor a sudar y poder, de alguna forma, peinar mi pelo indomable.
Cuando salí de la ducha me vestí con una muda nueva que había traído de casa. Jeans y una camiseta negra, nada fuera de lo normal. Me miré al espejo y apreté el lavabo fuertemente con ambas manos.
- Ya no me importas. -espete, aunque no estaba seguro de creerlo del todo- Ahora la tengo de vuelta y nunca más nos molestarás.
Noté como una mano se posaba sobre mi hombro sin decir nada. Me giré para encontrarme con los ojos vidriosos de mi madre, que en seguida me acogió entre sus brazos.
Mis ojos se abrieron como platos, dolían y picaban mucho, las lágrimas querían salir. Ella probablemente escuchó todo lo que dije y aquello era lo último que yo quería, darle más preocupaciones.
- Solo somos tú y yo, Hyojong, no tienes que preocuparte por él nunca más. -susurró en mi oído aún sin soltarme.
Correspondí su abrazo, rodeandola también. Enterré mi rostro en su pecho y di rienda suelta a mi llanto. No pude evitar hacer ruido. Tal vez me veía patético, pero de verdad necesitaba llorar así en lugar de hacerlo por dentro, en silencio. Hacía mucho tiempo desde la última vez que mi madre me dio un abrazo y palabras de ánimo.
Ella fue la primera en separarse. Dejó sus manos en mis hombros y me miró con una sonrisa.
- Y ahora, ve allí a hacer los exámenes y demuestra todo el esfuerzo que has estado haciendo estos últimos meses. Demuéstrales que las adversidades nunca detuvieron a E'Dawn y que nunca lo harán.
Sequé mis mejillas mojadas por las lágrimas, sonreí y asentí. Mi. madre volvió a la cama y yo terminé de acomodar mi cabello antes de salir y tomar mi mochila.
- Volveré tan pronto como acabe e iremos a casa. -le dije mientras abría la puerta.
- Te estaré esperando, pequeño. -fue lo último que escuché antes de salir.