Capítulo 6: Fiesta

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(Fernando)

Mi madre esperaba una respuesta, pero ambos no pudimos articular palabra.

— Ya, Fernando quédate aquí, tu Holly anda ayudar a tu madre a la cocina. – soltó enfurecida, o más bien, parecía haber caído en un ataque de nervios.

Holly asintió y se fue corriendo, dejándonos solos de inmediato, por supuesto espere que mi madre empezara a darme un sermón, o gritarme, pero en cambio lo único que hizo fue cruzarse de brazos.

— ¿y? empieza a explicarme que significa esto.

Titubé, buscando una excusa, pero en cambio decidí ir con la verdad esta vez, sin miedo.

— Como vamos al mismo instituto decidí hablar con ella para no ser desconocidos, sino que amigos, vivimos en la misma casa. – mi madre asintió de acuerdo. — y quise dejarle claro que no porque sea la hija de la empleada significa que...

— Ya, ya, no sigas, ya entendí. – me cortó, volcando sus ojos. – Entiendo que con tu edad quieras hacerte el príncipe azul hijo, pero ella si es la hija de la empleada, y tu si eres el hijo del jefe, así que si tu idea es coquetearle ten claro... —

Iba a decir algo, pero esta soltó una carcajada dejándome atónito.

— A ver... esa chica no es para ti, y lo sabes tan bien como yo, así que basta con la escena que he visto, ¿te quedo claro?

No supe que decir, mi madre cambio su expresión a una mirada fija en mis ojos, observando cualquier detalle, siempre que hacía aquello me dejaba petrificado, y lo único que pude hacer, fue asentir con la cabeza, dejándole ver que estaba de acuerdo con ella.

No dije nada más, ni ella tampoco, acto seguido sentí su mano dándome unas palmadas en la espalda para luego caminar hacia la casa con el sonido de sus tacos en el estacionamiento alejándose paso a paso.

Y en ese momento me pregunté si mi madre estaba equivocada.

(Anna)

Ya era viernes, el castigo no había sido tan malo como yo creía, hablé mucho con Whitney, y me llevó a casa en coche los dos días y se quedaba a cenar, mi padre estaba encantado, era su amigo de la vida, así que de cierta forma no le molesto tanto haber recibido un castigo la primera semana de clases.

por otro lado, no había podido sacar de mi cabeza a ese chico del bar, Ric, tenía su número, había pensado en llamarlo varias veces, pero me daba miedo que me rechazara.

— ¿Y hoy las veo en el partido? – soltó Jen al agarrar su bandeja, ya quedaban unos cinco minutos para que comenzaran las clases, y la cafetería ya daba señales de que era así.

Con Holly nos miramos un instante, soltando una carcajada.

— ¿Realmente nos estas preguntando eso? – Jen soltó un suspiro.

— A veces olvido tu locura por los de ultimo año Anna. – esta nos sonrió negando con la cabeza mientras que Holly soltaba otra risa. – Las veo ahí entonces, adiós.

Jen terminó desapareciendo por el pasillo en donde se le sumaron un par de amigas más, entre ellas Susan para ir a clases.

— A veces esa chica me da mala espina. – soltó Holly.

— ¿Ah sí? A mí me cae bien.

— Es muy cotilla, demasiado, y sabes que odio los chismes.

Lo pensé un momento, Holly siempre tenía un muy buen ojo para percibir a las personas, y yo en cambio, era demasiado ingenua.

— Pero no puedes negar que saber los chismes es demasiado interesante.

Mi Ángel Guardián III: El CuartetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora