(Anna)
— Había olvidado lo que era tener una resaca. – solté caminando a la cocina, donde Holly estaba con la cabeza apoyada en la mesa durmiendo. — Y no puedo creer que me hayas despertado tan temprano con tus ronquidos.
Pase por el lado, golpeándole la cabeza con el pan que había dejado a medio morder hace unos quince minutos, cuando se había levantado a desayunar.
Soltó un gruñido, quitándose el pan de la cabeza, mientras se incorporaba limpiándose los ojos y dando un gran bostezo.
—Estoy destruida... no sé para que salí contigo.
—Ah claro, ahora yo tengo la culpa. – sonreí echándome agua en un vaso, y tomármelo de un trago. — Mira que ayer te veías pasándolo de maravilla en los brazos de Brandon eh. – por supuesto Holly abrió de par en par los ojos, sorprendida. — Sí, lo besaste amiga, frente a todo el instituto.
—Oh dios....
—Y no, no estaba Fernando Ross para verlo. – le respondí enseguida, la conocía bastante bien para saber que decía su mirada.
Holly se tomó el cabello, soltando un suspiro.
—¡Esto me pasa por hacerte caso!
—Y ahí viene de nuevo – volqué los ojos, negando con la cabeza. — Mira que yo te incentivo pasarla bien eh. — Holly hizo un puchero. — Y no me mires así que yo debería estar enojada contigo — frunció el ceño. —yo había visto a Brandon primero.
—¿Hablas enserio?
Solté una carcajada, trayendo la caja de cereales junto a mi amiga, sentándome a su lado, apoyando su cabeza en su hombro.
—Mi corazón ya tiene dueño amiga.
Holly me dio un empujón leve, riendo.
—¿Roy?
Negué, recordando aquella noche hace unos días en el bar, y aquella mirada de unos ojos profundos que no iba a olvidar nunca más en la vida.
—Ric es el nombre de mi enamorado.
—Oh dios Anna, tú no tienes remedio.
Por supuesto que no, pero esta vez iba enserio, no podía quitarme a ese hombre de la cabeza, aunque quisiera, sabía que era mayor que yo, pero por alguna razón eso me importaba en lo más mínimo, y solo quería volver a verlo.
No le hice caso a los gruñidos de Holly completamente avergonzada, dejándome llevar por mis pensamientos románticos.
Que esperaba que se hicieran realidad.
(Fernando)
—Eh, que te voy a pillar. – solté acorralando a Clay con el balón en una esquina, donde terminé por quitarle la pelota, y correr a encestar un punto a mi favor.
Sí, estaba destruido por la noche anterior, pero como todo sábado por la mañana, no iba a perderme un juego de baloncesto.
—Te he dejado. — soltó sonriéndome como un engreído, y yo no dude en acercarme con la pelota hacia él, retándolo a intentar quitármela de una vez, provocando que la mayoría de los presentes soltaran aullidos y gritos.
Por supuesto Clay no pudo conmigo, haciendo reír a la mayor parte de los niños presentes.
—¡Le compro una hamburguesa a quien le quita la pelota! – escuché decir a Roy, quien se había enderezado de las gradas, por supuesto llevaba gafas para que evitaran ver su resaca.
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Mi Ángel Guardián III: El Cuarteto
Dla nastolatków¿Alguna vez te preguntaste como se conocieron? ¿Cómo surgió la amistad? ¿Cómo llegaron a enamorarse? ¿Por qué todo se derrumbó? ¿Cómo llegaron a terminar tan separados? Aquí podrán conocer su pasado, sin mentiras ni secretos. Como tal cual son. TERC...