Muchas cosas cambiaron después del funeral de Saeko, después de que Sasuke encontrará las cartas que su hermana dejó y las entregara a sus respectivos dueños.
El mundo sin Saeko Uchiha no era tan bueno ni esplendoroso como alguna vez imaginó su hermano menor. Sasuke ahora sentía un gran vacío en el pecho, uno que lo hacia temblar al sentir el frío de la lejanía; no quería ser consciente de que en realidad su motivo de vivir no era vengarse de su hermana, pero para él era duro aceptar que no consideraba a su hermana mayor como una criminal, al menos no desde que vió la calidad sonrisa que mostraba al ver a Tarô, en aquel momento se dió cuenta de que quería ver esa sonrisa para siempre, incluso si eso significaba olvidar y perdonar los crímenes que la mayor había cometido, entre ellos, el haber asesinado a sus propios padres.
Sasuke ahora quería saber más, siempre fué curioso y las cartas de su hermana solo aumentaron su necesidad de saber. Ahora tenía claro su objetivo, quería saber la verdad, a como diera lugar encontraría y revelaría todos los secretos que sus hermanos mayores mantuvieron guardados; también tenía claro que la verdad no se encontraba en Konoha, jamás encontraría las respuestas que necesitaba, por lo tanto, no podía permanecer mas tiempo en ese lugar, pero tampoco podía dejar a lo que quedaba de su familia atrás, tanto Itachi como Tarô lo esperaban para comer juntos después de cada ajetreado día, eran todo lo que Sasuke aún conservaba.
Para Sasuke era realmente aterrador el hecho de irse y quizá no encontrar a su familia a su regreso. Era aterrador, y bastante cercano de la realidad, más de lo que quisiera.
Entonces, ¿Por qué estaba en la entrada de Konoha?
Se quedó paralizado, pensando en lo que significaba el dejar la aldea y a lo que quedaba de su familia, pero también pensaba que jamás tendría una familia verdadera si no sanaba las heridas del pasado, si no tenía respuesta clara a sus dudas sería imposible poder seguir adelante.
Sakura llegó a su encuentro, él estaba seguro que no podía involucrarla en lo que estaba a punto de hacer. Era extraño, ni siquiera quiso despedirse de ella porque sabía lo que implicaba, porque sabía que había creado lazos que no eran tan frágiles como siempre pensó. Los lazos son importantes, pero por ahora, los únicos lazos que quería conservar intactos eran los lazos familiares.
Cabello rosa, llorona, gritona, un problema, sí, lo era, pero también era una persona que tenía grandes habilidades, que no era un prodigio como los maravillosos Uchiha, pero podría darle una buena pelea, si tan solo fuera mas centrada.
-¡Tú jamás compartes nada conmigo!-
Era cierto, pero totalmente razonable. Estos eran asuntos familiares.
-¿Por qué tendría que decirte algo?- su voz sonaba dura, pero no miraba hacia atrás, no podía- No te metas en mis asuntos... No son de tu incumbencia-
-Sé que me odias...-
No lo hacía, al menos no a ella en específico. El odio y el dolor que había en su corazón manchaban como tinta derramada los recuerdos y memorias felices que alguna vez tuvo. No era culpa de Sakura, Naruto o cualquier otro, era culpa de la maldición que corría por sus venas, era culpa de la obscuridad que estaba condenado a llevar consigo por el simple hecho de ser un Uchiha.
-¡No hagas esto Sasuke!-
-Este es un nuevo principio, cada uno de nosotros tiene un camino enfrente...-
-¡Sasuke te amo tanto que ya no puedo soportarlo! Por favor... quédate conmigo-
Sasuke mordió su labio, quería gritarle que no podía, que esto no era lo que tenía que hacer. Para ella era fácil hablar de amor, porque su corazón no estaba propenso a corromperse como el de él. Sasuke no podía amar más, no podía ni debía caer mas profundo, o no habría vuelta atrás.
-No has cambiado, sigues siendo fastidiosa-
La noche avanzaba, Sasuke sabía que dentro de poco Itachi despertaría sintiendo la ausencia que había dejado, no podía quedarse mas tiempo y esperar a ser atrapado.
Fué ágil y rápido, casi pudo oír los aplausos tenues de su hermana, era casi todo lo que ella alguna vez le hizo prometer que sería.
Se posicionó detrás de su compañera de equipo, sabía que dejarla inconsciente era mejor, no quería que lo siguiera o fuese a avisarle a alguien, era mejor para todos.
-Sakura... gracias por todo-
Quizá no era el "también te amo" que ella esperaba, pero era todo lo que su amargo corazón podía ofrecer por ahora.
Si el amor que le profesaba sobrevivía, si él sobrevivía, no, ahora no podía pensar en el futuro.
Sin mirar atrás ni una sola vez es como abandonó Konoha y todo lo que conocía, la marca en su cuello ardía más conforme pasaban los días, sabía que estaba cerca.
Los días siguientes a su desaparición fueron un caos, Itachi trataba de calmar a todos mientras aseguraba que las acciones de Sasuke solo eran las acciones de un niño rebelde.
Itachi trataba de localizar a Sasuke durante la mañana, por la tarde iba a recoger a Tarô de casa de Iruka y cuidaba del bebé, por las noches, cuando todos en Konoha dormían incluído el primogénito de Saeko, por su parte, el hermano de en medio, el que llevaba en sus hombros la responsabilidad mas grande, lloraba, las lágrimas se hacían presentes al culparse a sí mismo sobre todo, él quiso proteger a sus hermanos y ahora Saeko estaba muerta y Sasuke había huído.
El peso de una familia rota caía sobre Itachi, el inherente hecho de la obscuridad absorbiendo el amor que alguna vez sintieron. Todo fue culpa de aquel día, si él hubiese hecho lo que le pidió, si tan solo su corazón también se hubiese corrompido por el odio, pero no fué así, Itachi era el único que aún conservaba el corazón intacto, al único que la maldición no había alcanzado.
-Mamá, papá, ¿Qué debo hacer?- susurró en medio de la oscura habitación-
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La otra Uchiha #2
FanfictionSecuela de "La mayor de los Uchiha". Leer el libro 1 para entender la trama. ❝Jamás dejaría que el mundo que amo se desvaneciera.❞ ¿Ha valido la pena? El esfuerzo, el cansancio, las lágrimas y los gritos que no fueron escuchados, todo por el bien de...