importar que tan libres creamos ser, la cruel realidad es que, no somos más que fragmentos dispersos en prisiones eternas. Me preguntas por qué; mientras amemos a alguien más vamos a permanecer cautivos bajo su sombra, no serás libre sin importar que así te sientas, porque por mínimo que parezca, evitamos hacer cualquier cosa que afecte a la persona que amamos. No salimos, no tomamos alcohol (en ciertas ocasiones) no hablamos con ciertas personas, o simplemente hacemos las cosas que nos pidan y todo por evitar su malestar o de lo contrario lo hacemos para hacerlas sentir bien.
Pero el mal radica en su costo, no lo notamos, pero cuando esa persona muere o desaparece por cualquier motivo de nuestras vidas, es cuando notamos el lugúbre vacío que deja su ausencia, perdemos habitos, perdemos el fragmento de alma "libre" que ha quedado atrapado en esa cárcel eterna. Y entre más amamos, más pequeños nos volvemos, nos roban nuestra libertad y pedazo a pedazo nos van destruyendo, y digan lo que digan, nunca será lo mismo.

Distorsión (Microcuentos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora