Cada persona deberá tener las suyas propias, pero disponer de una serie de frases tranquilizadoras es un recurso sencillo y útil en estos casos.
Te dejamos unos ejemplos:
"Todo está bien, me voy a calmar, mi mente está en equilibrio".
"Todo ha pasado, estoy a salvo, nada va a hacerme daño".
"Alto, párate y toma el control, cálmate ahora mismo y toma las riendas".
"No va a pasarme nada, estoy a salvo, solo , solo toma aire y confía en ti".
Y mi favorita:
" Tranquilizáte, no fue un ataque al corazón, estás bien".