El virus se empezó a propagar, Chile era el ultimo país que quedaba intacto pero lamentablemente esto no era como en las películas, lo que tanto deseaba dejó de ser divertido.
En la actualidad aun contamos con electricidad, pero las antenas y señales han sido manipuladas a propósito por las fuerzas armadas.
21 de Mayo del 2018, 08:30 am.
Han pasado dos meses desde lo ocurrido en el aeropuerto, dos meses desde que se cumplió un sueño y este terminó por convertirse mas bien en una pesadilla.
Dos meses pasaron exactamente cuando llegaron dos camiones con tonos verdosos y ciertos diseños de camuflaje. En su interior tres militares y en la parte trasera había gente civil, pero no eran cualquier persona civil, eran aquellos que al igual que yo juraron a la bandera, aquellos que se mantenían en la reserva activa. Recién ahí vinieron por mi. Yo, ya me había hecho la idea de que no vendrían , incluso llegué a pensar que tenían la situación bajo control en ciertos sectores, incluso pensé que quizás con la cantidad de personal con las que cuenta el ejercito era suficiente para manejar esto.
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Desde hace dos meses que me dedicaba a solo sobrevivir con mi familia. Las comunicaciones aun funcionaban aunque no del todo bien, ya que, donde todos intentaban comunicarse, las lineas se saturaban y se terminaba por caer . Por suerte aun teníamos electricidad y señales. El problema era que la luz no la podíamos utilizar debido a que atraía a los zombies. Pero a la señal le sacaba provecho para comunicarme con mis padres, mi hermano y amigos.
Durante el día, y a veces por la noche, con mi novia y mi cuñado solíamos salir en su auto a recorrer sectores cercanos a nuestro hogar, lo hacíamos un día por medio, de vez en cuando lo hacíamos por toda la semana, para poder chequear en qué situación se encontraba el sector en el que vivíamos, además recolectábamos cosas que nos faltaban para el botiquín, tablas para mejorar algunas cosas de nuestro hogar, algo que nos sirviera para defendernos y por supuesto comida.
El primer mes que pasamos, no transitaba tanta gente y las que veíamos estaban encapuchadas, algunos portaban tubos de fierro, cuchillas de cocina, hasta sartenes. No iba a negar que me daba miedo, ya veía que se nos tiraban a golpearnos. Con solo ver el como estaban "armados y equipados" se podía apreciar que como país no estábamos a la altura, como Estados Unidos por ejemplo, ya que, ellos tienen accesibilidad a las armas simplemente acercándose a tiendas y comprándolas como si de dulces se tratara. Acá en Chile los únicos que tenían acceso a armas blancas y de fuego eran las Fuerzas Armadas, los traficantes, delincuentes y las personas que tramitaban su porte de arma (que no era fácil de obtener), cabe destacar que existen tiendas que hacen ventas de armas de todos los tipos, pero estos locales estaban en medio del caos -y demasiado lejos del lugar en el que yo vivía- y no sería bueno arriesgarse. También veíamos zombies, algunos nos seguían por el ruido que provocábamos con el auto y otros ni se inmutaban, preferían comer o abalanzarse sobre otras personas.
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