El Cadáver Del Novio - TOMEDD [EDITADO]

De acuerdo al plan

Antes de leer, unas pequeñas aclaraciones.

- (.A..): Esto serían los pensamientos de los personajes.

- (E..): esto N/A o apara resaltar una palabra. (:v)

- Adeds: Esto cuando canten y (..A) es el coro.

Ahora sí, podeís leer a gusto. ^^

Un chico tímido y callado, hijo de pescadores adinerados, Thomas Bandord se llamaba y en el ático de la casa se encontraba, terminando de pintar a una mariposa que se le hizo interesante su rara belleza con esos colores tan vívidos... Absorbido en su mente se encontraba tan a fondo que al liberar a la mariposa enfrascada por el ventanal se dio cuenta de su realidad, de lo que le esperaba en aquel carruaje que le guiaría hacia algo desconocido y angustiante para esta pobre alma inexperta.

Oh, pero sus padres!

Oh! que dichosos se sentían al saber que les esperaría al subir a ese carruaje, que ya no solo les serviría para promocionar su mercancía, hacia un futuro prometedor. La emoción les era tanto que no les importó expresarlo cantando.

- Bello día que es! -La mujer de vestido pegado y con protuberantes curvas salio de su casa cantando cual estrella.

-Un hermosos día, si -su querido esposo le siguió y al compás de la melodía.

- Perfecto para una boda!~

- Un ensayo, mi vida, un ensayo, querida. -le recalco, mientras le acomodaba una bufanda de piel de zorro.

- El ensayo para esta bella boda.

- ¡Cuidando los detalles hasta los mínimos!

- Que nada inesperado interfiera con el show. -dijeron al unisonó bajando por las escaleras asegurando que sus vestimentas no se ensuciarán.

- Y es por eso que cada cosa debe ser, cada detallito, incluyendo lo más chico, será!~ ... de acuerdo al plan.

- Se casarán pronto!

- De acuerdo al plan!

- Y estaremos todos!

- En lo más alto de la sociedad! 

Alardeaban tanto de su dichosa suerte a los cuatro vientos que hasta la gente que pasaba los miraba con envidia o con indiferencia...y quizás alguien con cierto interés. Pero todo eso se acabó, pues cuando la mujer de curvas anchas quiso subir al carruaje...

- Agh! Ayúdenme, mi vestido se atoró!

La dama se había quedado atascada en la puerta del carruaje por culpa del vestido.

Su marido y el lacayo la ayudaban, empujando el vestido casi volcando el carruaje con todo y caballo, hasta hacerla entrar al carruaje.

- Mejiu! Dónde está Thomas?! Llegaremos tarde! -renegaba la mujer aún atorada en al puerta.