—Lucen geniales chicos—comentó el japonés, luego de tomarse la fotografía con los ganadores—, nunca pensé que alguien se disfrazaría de ellos.
—He chicos, quiero una foto con ustedes dos—exclamó la Húngara, señalando a Tino y a Berwald—, soy fan del LadyNoir, ¡y a ustedes sí que les asientan bien esos trajes!
Luego de la eterna sesión fotográfica, los cinco se encaminaron hacia el elevador y en cuanto llegaron al estacionamiento, apresuraron el paso para llegar al auto. La noche había sido demasiado agotadora y lo único que querían era descansar.
Arthur los observó marcharse, y luego de perderlos de vista, tambaleándose y de puntitas, entró a su auto y tomó la gabardina donde estaba su libro. Al llegar a los baños, encontró la maldición ideal y con su varita empuñada citó el conjuro, era cuestión de tiempo para que los nórdicos comenzaran a vivir el verdadero halloween, pero no solo ellos, también los latinos tenían una cita con el terror.
Durante el camino, dio inicio una tormenta demasiado caudalosa. Los truenos asustaban a más de uno, sin embargo ninguno mostraba miedo a estos salvo Lukas, pues luego de dejar el salón había tenido un extraño presentimiento y estaba con los nervios de punta. En cambio, Tino, parecía ser el más feliz de los cinco; no dejaba de ver las recientes fotografías del evento en la red social.
—Sigo diciendo que me veo precioso con este disfraz de Catnoir, creo que hasta lo usaré como pijama.
—Ni se te ocurra, Fin, recuerda que vamos a compartir habitación.
—Es broma, tranquilo...
Mathias no dudó en estallar a carcajadas, sabía perfectamente el secreto de su hermano, aunque este no lo admitiera.
Y entonces, un aparente rayo cayó al auto, haciendo callar al danés y dejándoles inmóviles y boquiabiertos, sin poder siquiera gritar. No lo dijeron, pero los cinco sintieron algo extraño, como una especie de energía, algo no andaba bien, y Lukas lo sabía perfectamente.
—¡Arranca!-ordenó con harto miedo el noruego a Mahias.
Al llegar al hotel, aun seguían algo sorprendidos por el extraño suceso ¿cómo era posible que en plena ciudad les cayera un rayo? Pero el cansancio y el desvelo era tanto que acordaron seguir con el tema en cuanto amaneciera.
Tino y Berwald se fueron a su habitación, mientras que Lukas y Emil a la suya. Mathias, se quedó un momento en el pasillo a contestar unos mensajes y se dispuso a entrar a su habitación, la cual estaba al lado de las otras dos.
No sabían que estaba por venir.
***
Por su parte, en el mismo hotel, una planta más arriba, los latinos bajaron del elevador y luego de desearse buenas noches, se dirigieron a sus respectivas habitaciones. El mexicano y el chileno entraron a una mientras que el brasileño y el argentino a otra.
Para sorpresa suya, Luis sintió el ambiente del lugar un tanto extraño y comenzó a sentir temor, un temor inexplicable y el cual no quiso confesarle a su compañero de habitación, sin embargo, Manuel comenzó a sentir lo mismo, por lo que decidió iniciar la charla para romper la tensión.
—Esos chicos sí que me hicieron reír—comentó el chileno
—A mí también, sobretodo Berwald; mira que disfrazarse de LadyBug, enserio, eso fue muy creativo de su parte.
—Ni que lo digas. Nuestros trajes fueron muy simples.
—Pero fue muy buena tu idea.
—Gracias.
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La maldición de Arthur.
Fiksi PenggemarLuego de perder ante los nórdicos, Arthur enfurece y les arroja una maldición que si bien no es peligrosa, les hará pasar un buen susto y noche de halloween. Aclaro: Hetalia y sus personajes pertenecen a Himaruya Hidecaz.