La sesión de fotos fue corta y rápida, después de lo sucedido Namjoon me trataba con un cariño extraño, pensaba que él desconocía por completo que deseaba escaparme.
Tomó mi mano y caminamos hacia el auto, nos subimos con precaución y cuando la puerta fue cerrada explotó su furia.— No hagas cosas que me avergüenzen, mantén una buena conducta cuando estemos en público.
Ya no eres cualquier persona, eres la esposa de Kim Namjoon. — dijo molesto aflojando el moño de su corbata.Sus palabras me tomaron por sorpresa, deseaba no ser la Señora Kim pero lamentablemente ya no podía dar vuelta atrás, ante la ley, eramos marido y mujer.
— Perdón, no lo volveré a avergonzar. Sólo tengo miedo.— dije apretando los labios.
Namjoon suspiró y restregó sus manos sobre su cara.
— No quiero ser tu enemigo y tampoco tu tortura, solo aprende a comportarte. Este matrimonio tiene que ser exitoso.
Mirando al suelo asentí, no quería causar molestias a nadie, durante todo el trayecto el silencioso incómodo era notorio, quería verlo a la cara para observarlo a detalle pero podría ser extraño para él, me gustaba ver cada detalle de las personas, me hacía sentir segura pero este no era el caso.
— Llegamos, señor.— hablo el chófer estacionándose en la entrada del lugar donde sería la recepción de la boda.
Namjoon no respondió, volteó a verme y tomó mi mano, mi corazón comenzó a latir muy fuerte, ¿sentía mariposas o nerviosos?
— Sonríe, lamentablemente es nuestra boda.— sonrió de lado.
—Señor Kim.—
—Dime, cariño. —
"Cariño".
—¿Existe alguna persona en su corazón?—
Sorprendido soltó una pequeña risa, respiró y volteo a la ventana.—Si. —susurro.
Decidí quedarme callada y no seguir buscando las tres patas al gato, de cierta forma, me dolió la manera en que se había referido a nuestra boda, pero esta claro, no somos nada.
Después de unos minutos, nos encontramos frente a varios reporteros ansiosos de tomar fotos de la nueva pareja, la boda no era privada, era todo un espectáculo a nivel nacional. Entrelazados caminamos frente a todos, me dolía el rostro de tanto sonreír falsamente.
—¡Yena!— gritó mi padre al vernos.— Por aquí, vengan.— Él nos guío hasta un lugar más privado dónde nos encontramos con un hombre canoso de edad avanzada, cuando me vió sonrió, se acercó a abrazarme y darme un beso en la mejilla.
— Encantando de conocerte, cielo, estoy tan contento de que una joven tan hermosa como tú haya logrado ganarse por completo el corazón de mi único hijo.—mencionó el señor con un brillo especial en los ojos.
Acaso, ¿piensa qué esto es un matrimonio por amor?
No, no deseo mentir así. Pero su rostro irradia felicidad...— Amo a su hijo.—
La tortura había llegado a su fin, me dolía los pies con intensidad, los tacones nuevos habían hecho de las suyas provocándome lesiones menores en mis pies pero dolorosas.
Alegremente hice la última reverencia hacía la esposa del CEO de alimentos Hwang.— Vamos.— dijo Namjoon con su saco en un brazo, su camisa desabrochada le daba un aire increíble.
Caminos hacia la salida, él me ignoraba completamente, ni siquiera tomaba mi mano o pregunta si me ayudaba en algo.
Así era el verdadero Kim Namjoon.
El chófer nos estaba esperando, subimos al auto, planee dormir en lo que llegabamos a nuestro nuevo destino pero fue imposible, entramos en una zona lujosa rodeada de pinos los cuales hacían que la temperatura fuera fresca. Baje la ventana para poder oler el increíble aroma que desprendían los árboles.A lo lejos, divisé una gran mansión blanca, todas las luces estaban prendidas dejando ver una bonita fuente en su entrada.
— Es hermoso.— dije inconscientemente.
— Papá compró está casa para nosotros, es nuestro regalo de bodas.— mencionó Namjoon.
— ¿Está tan feliz por este matrimonio?— pregunté volteando a verlo, estaba bastante oscuro por lo que no podía apreciar con claridad sus facciones.
— Pensó que me quedaría solo.
No respondí a ello, ni siquiera sabía que contestar.
E
l auto se detuvo en la entrada principal de aquella casa, bajamos y entramos juntos, todo era de alta calidad, los colores combinan a la perfección, había tantas tonalidades de café pero era demasiado para dos personas.
— Déjenos solos. — habló Namjoon cuando entramos a un estudio.
Las sirvientas accedieron inmediatamente y salieron de la habitación cerrando la puerta.
Namjoon me tomó de la mano, mis mejillas empezaron a arder. Él se sentó en un sofá individual de cuero negro sin dejar de verme.
— Siéntate en mis piernas.
—¿Perdón?—
— Te dije que te sentaras en mis piernas, es una orden.— su semblante se endureció.
¿Por qué me hablaba de esa forma?
No me moví ni un centímetro, aunque fuera mi "esposo" no tenía el derecho de hablarme de tal forma pero mis acciones no le agradaron, se levantó del sillón enojado y camino con agresividad hacía mi persona.
Su mano se alzó.— Adelante, pégame. — lo desafíe.
Grave error, su mano impacto contra mi mejilla provocando ardor y dolor, con mi mano cubrí la parte lastimada.
— ¡Nunca más en tu vida vuelvas a tocarme! — grite alterada.
— ¿Si?— rió.— Cuando te de una orden debes obedecerla.— lamió sus labios. — ¿Quieres qué te castigue?
"¿Castigos?"
— Cuando mi padre se enteré de esto, te matará.— me alcance sobre él para golpearlo con todas mis fuerzas pero obviamente no iba a ganar. Namjoon me tomó como muñeca de trapo y me arrojo al suelo haciendo que me pegará con la esquina de un mueble en mi cabeza y sin estar satisfecho comenzó a golpearme como si fuera una bolsa de boxeo.
— ¡Debes respetarme!— grito con furia para terminar de golpearme en la cara. — Soy tu dueño. — mis ojos se cerraban, sentía que algo húmedo recorrida por mi rostro y cabeza. —Descansa, querida. — fue lo último que escuche.
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Casados por negocios. [Kim Namjoon] ® EDITANDO.
Fiksi PenggemarRodeada de lujos, rodeada de una familia amorosa, Choi Yena tenía la vida perfecta, pero había algo que cambiaría su vida para siempre. Su padre había dado su mano en matrimonio al CEO de Kim Entertaiment. Yena se casaría con un total desconocido, ¿...