Capítulo 33: Fogosa escena

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Yoongi luego de aquello se dispuso a llorar, como lo hacía la mayoría de las veces, llorar y no hacer nada, solo obedecer al destino que le fue puesto en su camino.

A duras penas se puso la ropa que Park le había dado. En esta se encontraba una sudadera que le llegaba hasta los muslos de un rosa pastel, unos jeans negros regularmente ajustados y unas zapatillas del mismo color. Bueno, por lo menos puso la mayoría de la ropa de su color favorito, solo la sudadera del color rosa le había disgustado un poco, pero no porque se viera mal, al contrario, sino porque no hay color más pasivo que el rosa, más si es un pastel.

Buscó entre la ropa interior y encontró algo que le dió un fuerte apretón en el estomago, y eso fue aquella prenda asquerosa que se encontraba entre la ropa.

Era una pequeña tanga negra, que llevaba consigo una nota:

Querido gatito:

que no te gusta el rosa, por eso decidí comprarte una negra, es muy sexy ¿no es así? Del solo hecho de pensar en que la tendrás puesta para ...me excita muchísimo.

Luego de leerla quedó petrificado. No quería usarla, menos para una persona como él, aquello le daba náuseas. Aún con la bata comenzó a urgar entre el armario que se encontraba en su habitación, y en uno de los cajones de éste encontró una nota más:

Ni se te ocurra ponerte otra cosa. que se te verá espectacular,gatito. Anda, úsala para Daddy.

Sin mas remedio que ponerse aquella prenda tan erótica -luego de urgar por toda la habitación- accedió a ponérsela y bajar de una vez a comer. Sin embargo no era por hambre la razón por la cual bajaba, sino por el miedo a desobedecerle a Park.

Por suerte las escaleras quedaban junto a su habitación, la casa era enorme, hasta el punto en donde Yoongi llegó a pensar que si no fuese por la cercanía entre las escaleras y la habitación el probablemente se hubiese perdido entre las grandes salas e infinitos pasillos.

-Te estaba esperando, debiste haber llegado acá hace 5 minutos, cuál fue la razón de tu demora.

-No fue nada, lo siento.-dijo cabizbajo.

Era raro, Yoongi sentía que ya no podía alzar la voz frente a él, o desobedecerle de alguna manera. Sentía miedo y curiosidad de lo que podría hacerle cada vez que desobedeciera.

Todo el almuerzo fue callado, hundido en incomodidad, pues el muchacho de cabello azabache se encontraba aún molesto por la situación anterior. Yoongi solo se dedicaba a ver su mirada fría y a recorrer cada una de sus duras facciones.

-¿E-estás...enojado?-preguntó Yoongi con timidez.

Park ni se dignó a mirar al castaño y continuó con lo suyo en el sofá, con su celular en la mano y su vista desinteredada pegada en él.

-¿Lo estás?.-insistió Yoongi.

Jimin sin levantar su vista del celular y con una voz grave y seca respondió:

-Sí, lo estoy.

Yoongi, o actualmente Suga -como lo llamaba el azabache- tragó duro y miró al suelo con incomodidad notable.

El azabache lo miró por unos segundos con una ceja alzada, como si esperara que el menor dijera algo, lo cual nunca llegó, poniendo a Suga rojo y provocando una sonrisa entre los labios carnosos de Park.

-¿Qué harás para deshacer mi enojo?.-dijo Jimin mirándolo fijamente.

-Pues...Yo...

-...

-Lo que quieras para poder...hacerte sentir bien.-dijo Suga sin pensar.

¿Por qué había dicho eso? ¿Por qué Park se estaba levantando del sofá? ¿Por qué se dirigía hacia él? ¿Por qué lo estaba besando? Todo era un interrogatorio sin fin.

Park se levantó del sofá, y tomando con su dedo pulgar el mentón del castaño, le besó con pronunciado deseo y lujuria. Suga no se opuso, ni el mismo sabía porque no se había alejado, pero lo único que ahora importaba era descubrir el ganador en la excitante batalla de sus lenguas.

Park -sin perder ni un segundo- fue desvistiéndose, sacándose su camiseta y dejando ver un pronunciado abdomen y zona pectoral, dejando embobado al instante al pequeño Min, quien se encontraba anonadado ante tan espectacular vista.

-No creerás que solo yo seré quien se desvista -dijo Jimin con picardía- a no ser que prefieras que yo lo haga.-dijo refiriéndose a desnudar a su lindo gatito.

Yoongi se encontraba con las mejillas rojas, y al mirar al suelo le dio a entender a Jimin que el no quería desnudarse. Quería que lo desnudaran.

Park tomó la sudadera junto a la polera de Suga y lentamente con delicadeza fue levantándola, dejando ver en el trayecto su pálido pecho y rosados botones en este.

-Eres precioso.-dijo Jimin lamiendo sus labios rojizos.

Suga enrojeció otra vez y sin despegar su vista del suelo. Jimin sin esperar ni un momento más atacó sus labios en un movimiento desesperado y unieron sus lenguas una vez más. De manera erótica y descontrolada, todo el ambiente estaba lleno de pasión y deseo, dejando escapar quejidos y jadeos por parte de los dos excitados chicos.

Todo el ambiente era perfecto, hasta que una llamada interrumpió aquella excitante escena, separándose jadeantes. Jimin, enojado, se levanto de encima del chico y atendió a su celular con ira.

-Qué mierda sucede, estoy ocupado.

Del otro lado de la línea todo era inaudible, por lo que Yoongi solo se dedicó a devorar con la mirada la ancha, sexy y varonil espalda de Park. Anhelándola.

Jimin solo asentía a lo que el otro sujeto le decía o solicitaba.

-Está bien, voy para allá.-dijo cortando la llamada.

Tomó su polera y su chaqueta, dirigiéndose quien sabe donde con una enorme erección entre sus piernas. Se acercó a Suga -quien se encontraba rojo a más no poder- y le susurró:

-Volveré luego, gatito. Descuida, esta erección podrá desvanecerse pero sé que al llegar, al besarte y tocarte otra vez, volverá.

Rió a lo bajo y añadió.

-Y volverá con aún mas ganas de probar otra vez ese rico culito que tienes -dijo lamiéndolo en lóbulo del castaño- vuelo luego, pórtate bien y no le abras a nadie, precioso.

Y dicho esto, Jimin besó los labios del castaño corta pero de manera fogosa, tomó su celular y emprendió marcha a su destino, dejando a un Yoongi muy confundido y con la mas dolorosa erección.

¿Por qué te estoy haciendo esto, Jungkook? -pensó -.

×Mine×Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora