Caída libre (One Direction y tu)

Capítulo 14.

Narra _____

Desperté en una habitación que no era la mia. Mi cabeza dolía y sentía las mejillas húmedas.

Me encontraba sola en el cuarto, y no me sorprendía. Recordaba que los chicos se habían enojado conmigo, todos menos Harry.
Gire mi cuerpo pero no se encontraba mi amigo, el dolor de cabeza era insoportable y lo único que deseaba era dormir. Pero mis deseos no eran órdenes.

Golpes que se sintieron como martillazos atacaron mi cabeza, produciendo una migraña aún peor. Una cabellera rubia se asomó por la puerta, y el dueño de esta sonrió al verme.

-¿Cómo te encuentras?- Pregunto Niall entrando a la habitación.

-Si sigues pensando que yo he hecho esa barbaridad, no tengo intención de hablar contigo.- Tal vez estaba siendo dura, pero el desconfiaba de algo de tal magnitud, y duele su desconfianza en mi.

-Yo no he dicho que lo creía asi pequeña.- Dijo haciendo una mueca, confundido.

- Te has quedado callado mientras ellos decían mierda sobre mi, mientras desconfiaban de mi; eso demuestra, Niall. Harry ha sido el único que ha estado de mi lado, mientras que tu solo dejas que hablen mierda sin sentido.

Niall apretó sus labios y desvió su mirada, note como sus venas se marcaban en su blanquisima piel, que simulaba el marfil. Sus puños apretados, que poco a poco iban perdiendo su fuerza.

-Lo siento, ¿si? No suelo discutir con las personas, y no quería meterme en medio de personas que quiero. Se que debía hacerlo y no lo hice, entiendo que estes enojada. Pero yo te creo a ti, y no a las ideas disparatadas de Louis y Perrie. Siento no haberte defendido como Harry, el si ha sido un buen amigo.- Dejandome a punto de responder, salió de la habitación abatido.

Me tiré sobre la cama y me dispuse a mirar el techo azul.
Tal vez había sido dura, pero sincera; ahora se que Niall me cree, y eso me ha reconfortado.

Con el dolor de cabeza un poco más aliviado, mis ojos vuelven a cerrarse, y mi cuerpo busca meterse entre las sábanas. Pronto me sumerjo en la oscaridad y en el silencio.

...

Narra Harry

-Oh mira quién despertó, la niña problema.- Dijo Perrie cuando ______ llego al salón donde nos encontrabamos todos.

-Oh, pero si aquí está la perra más estúpida del mundo, preparen sus cámaras.- Dijo la recién llegada, con un notorio sarcasmo en su voz. Esto no iria por buen camino.

-Ahora te animas a defenderte sin Harry de por medio, ¿te lo han enseñado en el jardín de infantes hoy, cariño?- Perrie escupia arrogancia con cada una de sus palabras, y _______ lanzaba fuego por los ojos.

-¿Porque no te buscas un médico? Tanto tinte de cabello te ha dañado el cerebro. - Respondió ______. Yo tenía mil y un respuestas para Perrie, pero notaba que ella quería defenderse sola, y le daría paso.

-Y tu buscate un cirujano plástico, que ya te confundes con la pared.

-Siendo similar a la pared he hecho que dudes de tus habilidades de mantener a tu novio satisfecho.- Giro y se adentro en la cocina, dando por ganada la discusión. Un total hacke matte por parte de la pequeña.

-A esa niña le hace falta educación, ¿no le han enseñado que a los mayores no se les responde?- Pregunto Perrie, indignada.

-A los tan mayores como tu, menos.- Dijo Niall, sorprendiendo a todos, incluso a ______ que veia asomada por la puerta de la cocina, con una sonrisa en su rostro, al rubio desaparecer por las escaleras.

Por fin alguien mas se ha puesto la camiseta del equipo ______.

Narra ______

-No se si lo has hecho por compasión, o por culpabilidad de lo que te he dicho.- Respondí entrando a la habitación de Niall.

-Lo he hecho por ambos. Tienes razon, debo decir lo que pienso. Y si se trata de defenderte, mucho más.- Mi corazón se estrujo dentro de mi pecho, se hizo más pequeño y luego saltó con todas sus fuerzas, rebotando contra la caja torácica y luego latiendo fuertemente. Lo sentia; al igual que sentia cariño hacia el rubio.
Me lancé a sus brazos y lo estruje, rogando que no sintiera la taquicardia que me producía.

-Gracias.

Y no fui capaz de pronunciar más, las lágrimas se acumularon en mis ojos y el nudo en mi garganta se ató, si decia algo más romperia en llanto.

-Puedes llorar, no te juzgare, ______.- Dijo compasivo mi compañero, y al abrir la boca para negarlo, para negar que mis ojos se empapaban de lágrimas, estas salieron. Salieron como cascadas, y no se las podía detener.

En menos de 24 horas ya había manchado dos camisas con lágrimas, y no me senti a orgullosa de eso, pero en verdad que llorar, desahogarse oliendo el perfume de hombre más rico del planeta, eso es el paraíso. Inspire su rico aroma mientras las lágrimas continuaban, pero al parecer soy pésima disimulando...

-Cariño, si te gusta mi perfume te puedo dar el frasco.- Dijo Niall riéndose aún conmigo sobre el. Mis mejillas empapadas debían parecer tomates.
Y es que un chico te descubra olfateandolo no es algo natural.
Joder, que mal suena olfatenadolo, pero es la palabra perfecta. Que vergüenza.

-Debo de estar horrible.- Niall negó con la cabeza.- Oh vamos, no necesito que me mientas rubio. Mis ojos están hinchados por el llanto y debo tener un tono más arriba del bordo en mi cara.

-Sabes, te ves bonita de todas las maneras; incluso imitando a un perro oliendo mi ropa.

-No seas capullo, he cambiado de tema por la vergüenza y lo vuelves a traer. Te odio tanto.- Dije sonriendo, claro que era mentira. No lo podría odiar a este duende. El soltó una carcajada y me miro.

-Si eso te avergüenza, dalo por hecho que te lo dire siempre.- La indignación falsa cruzó mi cara.

-¿Te gusta avergonzar a la gente?

-Me gusta contigo solamente.

-¿Y eso porque?

-Por que cuando te avergüenzas tus mejillas toman un color más rojo, y te ves más bonita de lo que ya eres. Por ejemplo, ahora estas sonrojada. Y tengo muchas ganas de hacer algo.

Mi mente no reaccionaba, <<Y tengo muchas ganas de hacer algo>>>

¿Qué significaba? Tal vez quería darme un abrazo, o un beso; o pedirme que sea su novia; tal vez que me casé con el. O tal vez tirarme del tercer piso donde nos encontrábamos.

En todas esas ideas había salido mi fanatismo con Niall que nunca tuve. Pero entre todos aquellos pensamientos me parecía mucho más coherente el último.