Mi paciente

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Yass Pov
Desperté como siempre con los ánimos por el suelo solo hay algo diferente en este día, mi cabeza duele terrible, mi garganta está que arde y al parecer tengo una pequeña gripe. Lo único que me faltaba para que mi maldita vida fuera perfecta. Ya no sólo tengo que lidiar con el idiota de JK sino que ahora debo lidiar con mi enfermo cuerpo.

Levantarme de la cama fue un odioso reto. Caminar hasta el baño fue peor. Cada paso que yo daba parecía como que había un imán gigantesco que hacía que mis pies se pegaran al suelo dificultando mi llegada hasta el baño. Como pude me di una ducha de agua tibia para relajarme con la esperanza de que mejoraría. Pero salir del baño fue horrible. Apenas y logré ponerme la ropa.

Escuché unos golpes en la puerta a lo lejos que me sacaron de mi trance. Casi arrastrandome llegué hasta la puerta y cuando iba a poner mi mano en la perilla, todo se oscureció...

Narrador Omnisciente
La pobre de Yass llevando su cuerpo arrastrado a penas y logró tocar la perilla de la puerta para abrir pero su ser ya no pudo más y cayó desmayada en el suelo. Mientras que JK esperaba del otro lado de la puerta Para verla ya que esta chica realmente lograba causarle problemas en sus pantalones había ido con ella para que ella hiciera algo por solucionarlos cosa que no sería posible.

JK al no recibir respuesta decidió tocar la puerta por milésima vez y no hubo respuesta. Puso su oído en la puerta para ver si así lograba escuchar algo pero todo en la habitación estaba en silencio. Decidió abrir la puerta ya que pensó que Yass seguramente estaba dormida. Al empujar la puerta hubo algo que detuvo la misma. El se asustó al fijarse que Yass estaba tirada en el suelo. Como pudo logró apartarla un poco para así poder abrir la puerta. Se agachó y la cargó en sus brazos para llevarla a la cama. No sabía qué hacer y tampoco podía llevarla al hospital porque pondría la vida de Yass en peligro así que tomó su teléfono y llamó a la última persona en el mundo que quería llamar pero era la única doctora que sabía que lo ayudaría. El teléfono sonó y sonó pero nadie respondía. Estaba a punto de rendirse ya que de verdad no quería hablar con ella pero debía hacerlo. Llamó por segunda vez y una voz femenina contestó...

-¿Hola? ¿Quien habla?

-¿Mackenzie?

-¿Jungkook? -la chica no parecía estar contenta

-Te dije que no me llamaras por mi verdadero nombre.

-Como sea. ¿Para qué me llamas?

-Te quiero pedir un favor enorme- JK estaba desesperado

-Ya decía yo. Tu solo me llamas cuando necesitas algo de mí. -un suspiro enorme salió de la boca de Mackenzie

-Verás hay una chica que está enferma y desearía que vinieras lo más pronto posible

-¿Tu novia?

-Eso no te importa solo ven rápido a mi casa porque está inconsciente -dicho esto colgó y rogandole al cielo porque Mackenzie apareciera rapido.

Sabía que a pesar de que ella lo odiaba no podía dejar morir a un paciente así que ella vendría o al menos eso era lo que él quería creer.

Pasó mucho tiempo y ni Yass se despertaba ni Mackenzie aparecía. JK decidió no decirle a los chicos ni a las chicas para que no se preocuparan y mintió diciéndoles que ella y él pasarían todo el día juntos encerrados en la habitación de Yass.

Después de algún tiempo apareció Mackenzie. Por suerte los chicos estaban en sus habitaciones y de esta forma no había necesidad de explicar el porqué ella había llegado.

-Pensé que no vendrías -dijo el un poco aliviado mientras ella chequeaba a Yass

-Un paciente es un paciente -dijo sin siquiera mirarlo

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