BANGTAN

¡Sobre mi cadáver!

Tiffany Pov
El sol entrando por mi ventana es lo único bueno que me pasa. Odio estar aquí encerrada. Yo soy de espíritu salvaje y me tienen aquí acorralada. Mi libertad es lo más preciado que tengo y es lo que me han quitado. Lo que más odio de estar aquí es la forma en la que RM me mira. Cuando lo descubro mirándome nisiquiera se hace el sorprendido sino que sigue viendome de forma descarada. ¡Cómo lo odio! Por él yo estoy aquí. Si tan solo saliera una sola vez yo sería la persona más feliz de toda la galaxia. Todas vivimos deseando la muerte, todas excepto Jazmin que parece ser la única a la que no le molesta estar aquí.

He pensado mucho en mis padres biológicos. A veces cuando duermo me parece verlos en mis sueños. Los recuerdos de mi infancia se borraron. No sé como son sus rostros y eso me mata. Cuando estábamos en el orfanato en Latinoamerica, yo entré a escondidas a la oficina donde están los expedientes con la información de cada uno. En cada expediente de cada interno había una página donde estaba toda la información acerca de sus padres. Al buscar en el mio esa página estaba en blanco y lo único que decía era: Información Confidencial. Cuando le pregunté a la directora del orfanato ella dijo que mis padres no existían ya que no se sabía nada acerca de ellos. Decepcionada y con mi corazón roto en mil pedazos me rendí y dejé de buscar y dejé de querer saber sobre ellos. Luego de algún tiempo sin ninguna explicación nos enviaron al internado de señoritas aquí en Corea.

Fue algo raro. En los primeros días cuando recién habíamos llegado, la directora me daba especial atención y siempre me preguntaba cómo estaba y todo eso. Casi podríamos decir que ella se portaba como una madre. Pero estas atenciones no se las daba a ninguna de las otras internas. Llegué a la conclusión de que ella sabía algo sobre mí pasado y que seguramente sentía profunda compasion. Después cuando nos fastidiamos de estar ahí en ese internado decidimos comenzar a hacer travesuras ya que las otras chicas nos marginaban por ser las únicas huerfanas. En venganza comenzamos a hacerles picardías para hacerles pagar pero luego de eso esas pequeñas travesuras se hicieron parte de nuestra rutina. Por ende la directora dejó de darme las atenciones que antes me daba y mi odio comenzó hacia ella.
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-Señorita...-era la sirvienta que venía todos los días a avisarme que el desayuno ya estaba servido

-Soy Tiffany. Puedes decirme así -odio las formalidades

-Esta bien. Tiffany el desayuno esta servido y el Señor RM me mandó a llamarla -idiota yo iré cuando quiera

-Está bien. Hazme un favor y dile al oído que bajaré cuando a mí se me antoje.

-Está bién -dijo ella y se retiró.

Tomé el diario que RM me regaló el primer día que llegamos y comencé a escribir. Estaba tan sumergida que no me fijé que la puerta se había abierto. Era RM y no parecía nada contento.

-¿Porqué eres así conmigo? Yo no te he hecho nada malo -parecía decepcionado pero me da igual. Yo le sonreí falsamente.

-Disculpa ¿Te caiste de niño y te golpeaste la cabeza o solo naciste tonto?

Y como el no dijo nada decidí continuar...

-¿Que no me has hecho nada? Permiteme que me ría. Te parece poco arrebatarme mi libertad, traerme aquí a la fuerza como si yo fuera un objeto y además ordenarme cosas.

-Ustedes tienen la culpa por haberse escapado del internado esa vez. Si no lo hubieran hecho aún seguirían allá. Este es el precio que deben pagar por sus pecados. Ahora baja a desayunar ¿O acaso quieres ser castigada?-No sé a qué se refiere RM con castigo y esas cosas pero lo mejor será que vaya.

Comencé a caminar hacia el comedor y el venía justo detrás de mí. Me senté al lado de las chicas y el enfrente de mí. Comimos.
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Estábamos en el jardín jugando un poco con las chicas cuando vimos un carro estacionarse. Casi en el mismo instante apareció J-Hope corriendo.