Capítulo 5

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Yo solo mencionaba su nombre una y otra vez, coloqué lentamente la cabeza de Bob en el suelo, salí corriendo del cobertizo y empecé a buscar a Jeorge, no tarde mucho en encontrarlo estaba caminando por el desastroso jardín, a lado de él iba la señortia Ameli, me les acerqué, ellos al mirarme se detuvieron. No podía hablar, estaba cansado, primero tomé aire y empecé a hablar.

— Tenemos que ir al cobertizo algo terrible ha pasado...

Ambos hicieron un intercambio de miradas y Jeorge ladeó la cabeza.

— ¿Qué ha pasado?.

— Bob.... Él, algo le pasó, al parecer le dio un ataque al corazón...

Mi voz sonaba quebrada, tenía ganas de llorar, no se porque, me sentí tan triste por alguien a quien sólo conocí por pocos minutos. Ambos se quedaron sorprendidos, sobre todo la señorita Ameli.

— Bien no hay tiempo que perder.

Dijo la señorita mientras se adelantaba al cobertizo.

— ¿Qué pasó antes de que Bob sufriera ese ataque al corazón?

— Sólo me estaba explicando lo que tenía que hacer en mi nuevo trabajo.

— Bien es mejor que llame a una ambulancia.

Asentí y regresé al cobertizo donde estaba la señorita Ameli mirando a Bob tirado en el suelo, me pregunto ¿Qué estará sintiendo la señorita en este momento?.

— Señorita ¿Está bien?..

Ella me miró y rápidamente me abrazó, yo correspondí al abrazo y no dije nada, estoy seguro que se siente mal.

— Ese hombre fue más que el jardinero de mi casa...

Acaricié un poco la cabeza de la señorita para poder tranquilizarla ya que había comenzado a llorar, fue el llanto más delicado que había escuchado, pero no era momento de pensar en eso.

De pronto empezaron a sonar las sirenas de la ambulancia y comenzaron a verse las luces, cuando me había dado cuenta los paramédicos estaban revisando el cuerpo frío de Bob.

— Gracias por llamar a la ambulancia Jeorge.

Dijo la señorita Ameli.

— Yo le tenía mucho aprecio a Bob, es lo menos que podía hacer.

Sin darme cuenta los paramédicos habían subido a Bob a la ambulancia, estaba recostado en la camilla. Uno de los paramédicos cerró la bolsa en la que ya iba Bob.

— No puedo creer que Bob este muerto...

Dijo la señorita Ameli mientras miraba como la ambulancia se marchaba, me sentí demasiado mal, sentía como si mi corazón se encogiera.

Jeorge me miró con su mirada seria, y después siguió a la señorita Ameli, por mi parte me quedé en el cobertizo y me puse de rodillas en el suelo, extrañamente estaba algo triste por lo sucedido.

Me puse a juntar las semillas que estaban esparcidas por el suelo, cabizbajo.

De pronto logré ver unas manos blancas que de igual manera empezaban a juntar las semillas, al alzar la mirada me percaté que era Mery.

— Que lamentable lo que le pasó Bob, ¿Verdad?

Yo asentí en silencio y terminé de juntar las semillas colocándolas en una de las repisas que estaban en la pared, Mery tenia sus manos juntas y llenas de semillas, yo junté mis manos y ella dejó caer las semillas.

— Creo que son todas...

— Si, son todas.

Salí del cobertizo y Mery me siguió, llegamos a una pequeña fuente ubicada en los jardines y me senté en la orilla, miré el cielo y ya estaba oscureciéndose,  Mery se sentó a mi lado.

— Me alegra la idea de que trabajes aquí en la mansión, sabes no te conozco pero a pesar de eso me pareces alguien interesante.

Dijo la joven y miré que sus mejillas estaban sonrojadas.

— Si, bueno, ya es un poco tarde, lo mejor es que me vaya a casa...

Me levante y estiré mi mano hacia ella.

— Nos vemos mañana.

Ella estrechó su mano con la mía y sonrió alegremente.

— Nos vemos mañana Leo.

Solté su mano y me di la vuelta empezando a caminar.

— Adiós Leo..

La ignore, y salí de aquella mansión. Caminé durante un par de horas hasta llegar al viejo edificio donde vivo, cuando entré al departamento me lancé al sofá y suspire profundo, proseguí a cubrir mis ojos con el brazo.

  ❀The garden, the love of my life❀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora