::: Capítulo 4 :::

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María y Esteban terminaron de despedirse, se subieron al helicóptero privado y se dirigieron a Puerto Vallarta, después de 3 horas llegaron a la casa de playa de Esteban...

E: mi amor, ya llegamos (guiándola) espero te sientas a gusto

M: el clima está maravilloso y el olor al mar me encanta, pero lo mejor es tu compañía (sonrió tímida)

E: no sabes cuánto tiempo he esperado esta noche, te he anhelado tanto (acariciando su pelo)

Esteban se acercó más a ella, la tomó de la cintura posesivamente haciendo que su cara quedara a milímetros de la suya, el calor en la habitación aumentó considerablemente, María tenía sensaciones en su cuerpo que jamás había experimentado y aumentaron con la mirada de deseo que Esteban tenía, pero algo en su mente le dijo que debía decirle su sentir...

E: te amo (besándola)

M: mi amor, espera, es que bueno...

E: ¿qué ocurre? (Intrigado)

M: es que nunca he estado con nadie más...

E: tranquila mi amor, entiendo tu miedo y si no quieres seguir, lo respeto (tierno)

M: es que, si quiero seguir pero, me da algo de temor (nerviosa)

E: no te preocupes, te prometo que será inolvidable (en susurro)

No dijeron más, poco a poco él le fue mostrando un mundo diferente, lleno de amor, pasión y ternura; ella alcanzó a tocar el cielo con semejante demostración de amor y fue muy feliz, él la trataba como una princesa, la estaba haciendo sentir especial, ¡esa noche jamás la olvidaría! Al cabo de una semana, regresaban a México con una alegría inmensa, en el camino...

M: mi amor, quisiera que buscáramos un médico, un oculista (sonriendo)

E: ¿y eso? (Sorprendido)

M: quiero volver a ver, me gustaría hacer el intento de recuperar la vista, no quiero ser una inútil todo el tiempo y menos con la tía que dices cerca (preocupada)

E: de acuerdo mi amor, aunque quiero que te quede muy claro una cosa, tú eres MI MUJER, EL AMOR DE MI VIDA y no permitiré que te traten mal ni que nos separen, ¡te lo juro!

>>Mansión San Román<<

Leticia y Elvira llegaban con maletas y un plan bastante bien trazado, le arruinarían el matrimonio a Esteban al precio que fuera, no les importaba el tiempo que se llevaran pero él se casaría con Leticia y dejaría a María. En el vestíbulo las recibió Rebeca, a quien no le dio mucho gusto verlas ((aquí Rebeca las odia)).

Re: señora Elvira, ¡qué sorpresa verla! (fingiendo alegría)

El: no seas barbera ¿quieres?, sé muy bien que no me soportas y es mutuo, quizá muy pronto salgas de esta casa (sonrió) ¿dónde está mi hermano?

Re: (fastidiada) en el despacho como siempre, ¿gusta que suba sus maletas?

El: ¿tú qué crees criaducha?, asignale una habitación a Leticia por favor, que vivirá con nosotros (imponente)

Re: sí señora (no muy contenta)

El: ven querida, vamos a saludar a mi hermano para ver si Esteban ya está aquí

L: vamos, yo encantada (sonriendo)

>>Despacho<<

El: (entrando) ¿puedo pasar hermanito? (hipócrita)

Sedúceme Entre SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora