Pasó un mes desde el incidente con el demonio y todos ya se habían recuperado a pesar de seguir con algunas heridas, todos menos Lucía.
Lucía estaba en una habitación del piso de encuentro, la habían arreglado para ella hasta que se mejorara, por autorización de Alwe el grupo se quedaría ahí hasta volver a encontrar al demonio y apresarlo ya que si se quedaban en sus respectivas habitaciones personales eran más propensos a ser nuevamente atacados. Sobre todo Lucía.
Estaba en una habitación con paredes color malva y alfombra celeste en una gran cama con el colchón y las mantas más cómodas de ese mundo, rodeada de lo que más le gustaba, las flores.
Goji entró y se sentó con ella, de todos era el que no trabajaba y se quedaba en casa a hacer cosas del hogar, aquello le gustaba y aprovechó ese tiempo para cuidarla y conocer un poco más de ella.
— ¿Cómo estás?
— Bien, gracias...
La chica lo miró con sus ojos color miel que estaban mojados
— No, no estás bien, eras tan alegre, tan luminosa, no me gusta verte así
Lucía le dedicó una triste sonrisa
— Pues es que... casi acabo de nacer, digamos, me acaban de soñar hace un par de meses y ya me atacan, y no sé la razón...tengo mucho miedo.
Goji le devolvió la sonrisa triste.
— Pues estamos en las mismas.
Se empezaron a contar todos sus temores, todos sus anhelos, toda su vida.
Y se dieron cuenta de que tenían mucho en común.
Desde ahí fueron más cercanos que antes.
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Donde viven los sueños
FantasíaEn pleno carnaval primaveral nace un curioso ser, producto de los sueños marchitos convertidos en pétalos, que con el agua y los minerales de una gran cueva se transforman en este ser. Después de varios sucesos este ser entra en conciencia de si mis...
