Capítulo 1: Salvaje

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Los ojos de Chanyeol se abren de golpe y comienza a toser fuertemente, haciendo que de pronto, algo se esconda en unos arbustos.

Unos arbustos... ¿Donde diablos está?.

Una vez que echa todo el agua que había tragado, se vuelve a apoyar en aquel tronco. Había despertado así. Miró alrededor, y centró su vista en una pequeña y un tanto cutre choza de madera. Se incorpora y mira hacia el frente, ve el mar, y palmeras alrededor ¿Aquello era una isla? ¿Cómo había acabado allí?. Su cabeza dolía.

Algo de calor y olor a rico pescado entra por sus fosas nasales, y centra su vista a unos metros, donde se encontraba un fuego, encima de este había unos cuantos peces atados a unas cuerdas, colgando de una larga rama.

Extrañado sigue observando su alrededor, cuando escucha algo moverse en aquellos arbustos, donde algo se había escondido cuando despertó. 

Comenzó a tener miedo, ¿Y si se trataba de un animal depredador?.

Centró más su vista con miedo a levantarse, y vio como una pequeña cabeza se asomaba entre las hojas. Cuando este vio que Chanyeol lo miraba, volvió a esconderse. Algo dentro de él se sintió aliviado, parecía ser un humano, pero no entendía porqué se escondía.

Trató de levantarse, y se acercó lentamente al arbusto, aún en el suelo.

-¿Hola? -No recibió respuestas -No voy a hacerte daño. Sal, por favor.

Nadie salía de ahí. Seguía sin recibir respuestas.

-Tú... ¿Me has salvado? ¿Puedes salir?

Nadie respondía. Pero cuando iba a volver a hablar, el arbusto comenzó a abrirse y un joven y asustado chico salió de este. Sorprendiendo a Chanyeol.

Este estaba agachado a cuatro, y lo miraba con los ojos entrecerrados y una expresión que reflejaba miedo. Comenzó a acercarse lentamente y Chanyeol comenzaba a analizar más a aquel sujeto.

Su rostro era liso, pálido y de piel suave, sus labios era rosados y sus ojos eran rasgados, y parecía una chica, su pelo tenía una especie de corte mullet, era negro, tirando para castaño claro. Vestía con una especie de vestido hecho de piel, y una cuerda enrollada en su cintura, al estilo hombre prehistórico, también estaba descalzo.

Gateaba hacia él sigilosamente, y cuando estaba a unos centímetros de él, se abalanzó repentinamente hacia Chanyeol, provocando que este gritara al caer al suelo repentinamente. El misterioso chico estaba encima de él, y no dejaba de olisquearle la cara, el pelo, la ropa, todo. Y Chanyeol comenzó a asustarse, y más aún cuando el contrario comenzó a lamer su cara, dejando a un Chanyeol asqueado. 

De pronto, la acción del joven fue interrumpida por un sonido. El estómago de Chanyeol comenzó a rugir. Tiene hambre.

Deja de olisquear al alto, y coloca su mano en su propio estómago, después la coloca en el estómago de Chanyeol, y este lo mira extrañado, sin saber que hará aquel salvaje chico, que parecía no haber visto nunca a otro humano, cosa que despertaba la intriga de Chanyeol.

Quita la mano y coloca la oreja, entonces su estómago vuelve a rugir, y el chico aparta la oreja de golpe, y mira al alto con los ojos abiertos.

Se levanta dejando a Chanyeol respirar con tranquilidad. Y se aproxima gateando al pescado recién hecho que había estado preparando.

Debía compartirlo con el extraño ser, que tanto se parecía a él.

Chanyeol, lo observaba aún sentado en el suelo, el chico estaba de espalda y pudo apreciar algo que no vio antes, por su espalda caían unas tres rastas demasiado bien hechas, que comenzaban en la nuca, el comienzo de estas estaba tapado por las greñas, y se podían ver las tres largas rastas cayendo por su espalda, estas estaban decoradas por una especie de hilos de colores enrollados, y no eran demasiado gruesas. ¿Cómo se las arreglaba? Se suponía que deberían estar desaliñadas, pero estas estaban perfectamente arregladas.

El alto se levanta y se aproxima al fuego, donde el joven estaba cortando las cuerdas alrededor de los peces. Olían tan bien que su estómago volvió a rugir, haciendo que el extraño lo mirara.

Cuando cortó las cuerdas, colocó el pescado en una tabla de madera, para que no se llenara de arena, y le tendió uno a Chanyeol. Este, sorprendido, lo cogió. El joven estaba compartiendo su comida con él. 

Antes de que pudiera hincar el diente a aquel delicioso pescado, vio como el chico estaba engullendo tan descaradamente el pescado, que ya iba por el tercero.

Cuando empezó a comer, se dio cuenta de que había acabado con los demás, y solo pudo comerse uno. Comía lentamente mientras sentía la mirada del joven sobre él, este lo miraba profundamente con los ojos abiertos, mientras se relamía el labio, a Chanyeol comenzó a darle miedo. Dejó las espinas del pescado sobre las demás, pero el joven las cogió y comenzó a comerse los pequeños restos que había dejado, acabando con únicamente las espinas, sin ningún resto del pescado.

El chico terminó y comenzó a relamerse los dedos. 

Cuando terminó su tarea de limpiarse las manos, se aproximó hacia la pequeña choza, cogiendo de una cesta que había hecho con fibras, unos cocos.

Se colocó frente a Chanyeol. Y este se sorprendió, cuando vio al joven, con una piedra puntiaguda, golpeando un coco hasta abrirlo un poco por un extremo, para después meter una caña y tendérselo al alto. El cual lo cogió sorprendido y comenzó a beber alucinado.

El chico hizo lo mismo con otro coco, pero esta vez no le metió ninguna caña y se lo bebió de golpe. Cuando terminó, volvió a observar como antes al alto. Dejándolo petrificado, ya que le intimidaba su mirada.

Una vez que terminó, dejó el coco ya vacío donde lo había dejado el contrario, el cual miraba todas sus acciones, como si lo estuviera descubriendo.

Se sacudió las manos y miró al salvaje chico.

-Bueno... -Este no se inmutaba, su mirada seguía clavada en Chanyeol -¿Cómo te llamas? Yo soy Chanyeol -Se presentó sonriendo, pero el chico seguía mirándole con la misma expresión. 

Finalmente parpadeó y ladeó un poco la cabeza confundido, haciendo que el alto muriera por dentro de ternura.

El chico no lo entendía. Parecía que no sabía hablar.

Así que, se acercó un poco a él, y puso una mano en su pecho.

-Chanyeol -Dijo señalándose a si mismo -Yo, Chanyeol -Repitió remarcando su nombre.

-C-Chan...Yeol... -Repitió el chico salvaje, sorprendiendo a Chanyeol con su vocecilla -Yo, Chanyeol -Repitió señalándose a si mismo.

-No, no -Chanyeol negó con la cabeza y el ceño fruncido -Yo -Remarcó y se volvió a poner una mano en el pecho -Yo soy Chanyeol, tú... no lo sé.

-Chanyeol -El joven señaló al alto, y este asintió sonriente. Después se señaló a si mismo -B-Baek...Hyun. Yo, Baekhyun.

-¿Baekhyun...? ¿Te llamas Baekhyun? -Preguntó, haciendo que el chico se levantara y se adentrara en la choza, para después volver con lo que parecía ser una caja o un cofre.

Colocó aquella cajita en el suelo, y señaló un nombre grabado en esta.

Estaba escrito el nombre de "Baekhyun", su nombre. Y se preguntó seriamente como aquel salvaje chico era capaz de leer, si apenas sabía hablar.

-Baekhyun... -Dijo volviendo a señalarse.

Abrió la caja ante la atenta mirada de Chanyeol, y se asomó una figura de una bailarina desgastada, que comenzaba a girar mientras una musiquita de fondo sonaba.

Baekhyun comenzó a tararear mientras observaba a la bailarina. Era una caja de música.





Salvaje ×Chanbaek× (pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora