II

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Maldito sea febrero, que me trae recuerdos tuyos, maldito sea el viento, que me trae tu aroma, maldito sea el tiempo, que ya no pasa desde que te has ido, maldita sea la lluvia, que no cesa de caer desde que te esparcimos en aquel cerezo. Maldito sea yo, que te dejé ir.

"Enséñame tu antebrazo."

Cada vez estaba más seguro de que me estaba volviendo loco, hice lo que pediste y me quedé observando aquella cicatriz por mucho tiempo, o poco, ya poco importaba.

"Siempre juntos."

Me recosté recordando aquel momento infantil, y dejé que me envolviera y me meciera suavemente hasta caer en brazos de Morfeo.

"Dulces dueños."

Abracé mi pecho, me dolía tanto. Recordé todo, de nuevo, soñaba contigo. De nuevo, no podía olvidarte.

No puedo amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora