dos pétalos

1K 160 42
                                    

Tiró otro boceto a la papelera. Quería aprender de sus errores, pero tampoco soportaba tenerlos delante de sus narices. Ahora aquella bolsa de basura era una mezcla de ramitas podadas y trozos de papel.

Y todo por una corona de flores. Se estaba dedicando a una tarea tan simple como hacer algo para rodear una cabeza con flores. ¿Por qué lo sentía tan especial?

Ah, sí. Porque era por y para Todoroki. La pensaba hacer con las flores de aquel prado al que fueron a entrenar batallas en terreno abierto y vacío, sin obstáculo alguno. En uno de los descansos le vio con la mirada fija en esa flor. No solo por eso era especial: ese mismo día había cogido la mano del chico, y aunque parecía un loco por haberse entusiasmado por eso, en realidad le encantaba el poder ser cercano y sentirse seguro con alguien.

Pensar tanto en Todoroki y su cercanía hizo que el calor subiese a sus mejillas. Suspiró de forma exagerada, sacando todo el aire que tenía dentro de sí, antes de apoyarse completamente en la mesa. Su mano quedó en el borde, y jugaba con el lápiz. Cualquiera le podría haber tomado por dormido de no ser por ese leve movimiento con el utensilio.

Así que cuando alguien le arrebató el lápiz se levantó de golpe. ¿Y si había molestado a algún cliente? ¿Y si había manchado su imagen? ¡Él solo tomaba un descanso mental tras tantos diseños!

Su hermano rió por su estupefacta expresión. Iida se puso de pie, con las palmas de sus manos extendidas en la mesa.

—¡Juro que no estaba durmiendo!

Balbuceó explicándose mientras movía sus manos y brazos de su forma característica. Paró al ver los ojos curiosos de su hermano posados en sus mediocres intentos de diseño.

—¿Son tulipanes? —sonrió acercándose, el orgullo por tener un hermano así le alegraba.

—S-sí. Tan solo es algo en lo que estaba trabajando... —bajó el tono de voz, intentando abandonar el tema, mientras recogía rápidamente cualquier papel de la mesa.

—Oh, ¿acaso es para una chica? —la sonrisa en su hermano creció mientras le daba palmaditas en el hombro.

—¿Qué?

Ahora sí que estaba confundido.

—¿No es que estás enamorado?

¿Sentía algo romántico por Shōto? La misma pregunta se repetía en su mente. Nunca se lo había planteado así, siempre creyó en la idea de apreciar a alguien mucho, pero, ¿romántico? Su vista se perdió en las rosas rojas, y su hermano le sacudió sacándole del ensimismamiento.

—¿A qué te refieres? —seguro que a Tensei le parecería una pregunta inocente, tal vez incluso llegaba a burlarse de él.

El mayor de los Iida ocupó la silla, girando sobre sus ruedas en la dirección de su hermano menor.

—Ya sabes, parejas y eso.

Se llevó una mano a la nuca. Le estaba costando comprender a su hermano y, por una vez en la vida, no tenía claro qué era exactamente lo que quería preguntar.

—¿Y por qué pensaste que era para una chica?

花Donde viven las historias. Descúbrelo ahora