seis pétalos

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Al día siguiente curioseó por toda su propia tienda. Hasta el momento, no había vuelto a comprar nomeolvides. Había vendido la única que pudo obtener hace poco. Después de algunos minutos, la conclusión que obtuvo fue que en todo el local, las únicas nomeolvides eran la que consiguió ayer en la ventana y la escrita en su lista de deseos.

La mañana fue muy tranquila. Las personas disfrutaban de la paz del lugar, las formas y colores de las flores; mientras Iida se dedicaba a la corona de tulipanes, recibiendo preguntas sobre si estaría a la venta. Él era sincero y respondía diciendo que era un "producto especial", para alguien en concreto. Había quién se atrevía a preguntar más, acabando en una conversación sobre la prodigiosa escuela a la que asistía.

Ya cerca del mediodía, la tienda estaba ocupada solo por él. Comía arroz dando vueltas en su silla con ruedas de vez en cuando, teniendo cuidado de no pasarse y acabar en el suelo. Giró lentamente otra vez. Y ahora, cuando tuvo la mirada en la entrada, distinguió dos figuras acercándose a él sin dejar de prestar atención a todas las flores.

Se levantó se la silla un tanto sorprendido.

—¡All Might! ¡Eraser Head! —pudo sentir algún grano de arroz pegado a su labio mientras hablaba entusiasmado.

—Iida, siéntate tranquilo, come bien —respondió el rubio con una sonrisa amable, mientras sacudía sus manos, indicándole que quería que se sintiera cómodo.

Aizawa estaba detrás de All Might, sin comentar nada hasta tener una idea de todo el trabajo que había llevado al joven estudiante a crear la tienda que ahora llevaba con humilde orgullo.

—Has hecho un buen trabajo.

Esas palabras volvieron a hacer que Tenya se levantase.

—¡Es una gran manera de ser cercano a los ciudadanos y conectar con ellos mediante algo que les puede gustar a todos! —exclamó elevando una manl, sosteniendo los palillos con la otra.

All Might se transformó por un momento.

—Estamos orgullosos de ti. —dijo eso elevando su pulgar. Iida sintió un cómodo calor. Miró a Eraser Head, quien le devolvió la mirada asintiendo.

Charlaron calmados hasta que el estudiante terminó su comida. Entonces fue cuando Aizawa mencionó que al día siguiente celebrarían el cumpleaños de Present Mic, y venían a por un girasol de esos a los que el rubio fascinaba tanto.

Le fue de lo más agradable conocer de forma tan cercana detalles tan simples, pero a la vez cautivadores, sobre los pro héroes.

Y en un momento de despiste hablando con All Might sobre unos claveles para Aizawa, Eraser Head se había acercado a la mesa de trabajo de Iida. No tocaba nada, pero hojeaba los papeles y cualquier boceto o escrito que Tenya había dejado por ahí. Cuando Iida se percató de eso, miró nervioso hacia su dirección, y creyó ver una sonrisa en el rostro de su profesor.

Seguía hablando con el delgado rubio cuando sintió una mano darle dos toques suaves en la cabeza.

—Si todos los estudiantes fuesen así de ordenados y trabajadores, habría expulsado un poco menos en todos estos años. Iida, de verdad te aplicas en esto, espero verlo mejorado en clase cuando finalicen las vacaciones.

—¡Iida ya es un gran estudiante! —exclamó All Might con una sonrisa, intentando explicar las palabras de Eraser al confundido de gafas— Sabes planear. Él ha visto mejoras en tu trabajo. Siempre puedes progresar, así somos los héroes.

Tenya se quedó escuchando con una chispa especial en los ojos.

Chispa de pasión por lo que hacía, de admiración por los que le rodeaban; algo que el Todoroki amaba, pero eso Iida no lo sabía todavía.

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