ocho pétalos

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Oh, dios.

¿De verdad ya había terminado la azulada corona de flores?

Después de comprobar que nada se caería estropeando el ligero regalo que tan bien había preparado, lo colocó encima de una cajita, con una pequeña lámpara iluminándolo, pues ya era tarde y seguía ahí por haber perdido la noción del tiempo.

Relajó los hombros e hizo un círculo con sus brazos sobre la mesa, para seguidamente caer rendido en ellos. Enderezó la cabeza para dejar los ojos libres, volviendo a ser capturado por la obra que había realizado por una razón tan simple como un chico.

Acabar durmiendo ahí no le haría daño.

Pero Tensei llegó tirando la posibilidad de pasar esa noche en la tienda por la ventana.
La única luz que quedaba sin apagar era la de la mesa, haciendo destacar el adorno floral. Tenya, no pudiendo lidiar más con el sueño, se encontraba ya medio dormido cuando su hermano abrió la puerta frenéticamente.

Pudo escuchar un suspiro por parte de su hermano, probablemente acompañado de una pequeña sonrisa. Segundos más tarde, sintió una manta sobre sus hombros. También el cómo quitaban cualquier utensilio que había usado de su alrededor, tal vez dejándolos encima de los cajoncitos de un lateral del mueble.

Escuchó a su hermano sentarse en una silla al otro lado de la mesa. Apoyó los codos sobre la mesa, evitando molestar a su dormido hermano, quien ahora la curiosidad mantenía despierto. Tocó un punto en su cabeza.

—Nos tenías preocupados... Aprende a avisar, hermano.

No sabría decir si la voz de Tensei era calmada, pues notaba cierto nerviosismo en ella.

—Y... —el silencio interrumpió las palabras por unos segundos— Sin importar quién sea la persona que vaya a recibir eso, es una persona muy afortunada.

No comprendió las palabras de su hermano.
¿Qué clase de comentario había sido ese?

Porque quería darle flores a Shōto.
Quería darle algo que los uniera, algo especial para ambos, algo que al verlo le sacase una sonrisa.
Quería poder coger la mano del Todoroki y mirarle a los ojos.

Otra vez sus pensamientos le jugaron una mala pasada, y pudo sentir cómo sus orejas se volvían rojas. Esperó con todas sus fuerzas que Tensei no se percatara de ello.

¿Cómo se había encariñado tanto con Shōto?
¿Cómo, si en un principio solo pretendía colocar flores sobre su cabeza?

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