CAPÍTULO 5

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Cap. 5

Shadona se arreglo con esmero y luego si se reunió con Alistair en el despacho, la mirada complacida de él fue elogio suficiente para que ella supiera que como siempre, estaba impecable.

Por esa vez y queriendo estar seguro, la llevó a un restaurante muy pequeño en las afueras de Norristown y pidió una mesa algo sola en los jardines

-es lindo este lugar – comentó Shadona sonriendo - ¿Cuándo lo encontraste?

- cuando estábamos haciendo los estudios para el proyecto; era una de las posibilidades, al final se decidió que debía ser dentro de Norristown, no en las afueras

- pues es muy lindo ¿viniste antes aquí? – Alistair supo enseguida que ella quería saber si había llevado a alguna chica a ese lugar, extendió la mano y tomándole una a ella, le dijo

- vine a comer hoy con Steve antes de que se fuera a Filadelfia; supe de inmediato que debía traerte; eso claro, si aceptabas volver a hablarme. La atención es excelente y la comida exquisita – le hizo un guiño y ella se sonrojó

- no pensaba volver a verte; creo que esto se puede complicar si nos descuidamos

- te propongo algo ¿Qué tal si nos olvidamos de los posibles inconvenientes y solo vivimos el momento? – ella iba a poner otra objeción, pero en ese momento les llevaron la comida y el olor de los alimentos logró distraerla

- si sabe como huele, debes tener razón

- la tengo – la comida transcurrió sin inconvenientes de ninguna clase, al punto que Shadona se olvidó realmente de todos sus temores; cuando terminaron, después de pagar, Alistair tomó a la joven de la mano y salió con ella en dirección al auto, pero en lugar de ayudarla a subir, la envolvió con sus brazos – me gusta besarte; te besaría todo el tiempo – si no fuera porque puedo perder el control fácilmente, pensó

- y a mi me encantan tus besos Alistair; pero no sería apropiado besarnos demasiado – si ya con solo verte, me empiezo a acalorar, pensó ella

- bueno; pero si puedo besarte en algunos momentos... como este – y ya no dije más, se apoderó de su boca y la besó, y no de manera inocente, la besó con pasión durante varios segundos; la sintió temblar y apretarse un poco más contra él, entonces con suavidad fue poniéndole fin al beso; al final la abrazó sintiéndose extraño, no entendía que le ocurría con ella; sabía que algo nuevo, bueno y real le estaba sucediendo – me encantas preciosa, no te imaginas cuanto me gustas

- tal vez pueda imaginarlo – Shadona se escuchó extraña, el temblor en su cuerpo no remitía y las sensaciones que la recorrían, amenazaban con hacerla sucumbir ante los deseos que ese hombre le despertaba; sabía que no era solo por los besos, siempre que lo veía, sentía que su cuerpo se alteraba - ¿podemos irnos? Siento la necesidad de refrescarme – Alistair no pudo evitar reír por el comentario, la liberó y la ayudó a subir al auto, luego rodeo el auto intentando controlar su propia excitación

- Alistair... - ella levantó su mano y la puso sobre el brazo de él, deslizándola un poco

- dime preciosa

- es que... quiero preguntarte algo, pero no quiero que te burles de mi

- ¿Por qué haría tal cosa? Pregunta lo que quieras, no voy a burlarme de ti

- esto, lo que le pasa a mi cuerpo, lo que siento cuando te veo, cuando me besas es... es deseo sexual ¿verdad? Quiero decir... como tiemblo cuando me tocas, y esa locura que se apodera de mi... mis pechos se ponen... no sé cómo decirlo... - se sentía incómoda pero quería liberarse – y luego esa humedad entre mis... - Alistair casi enloquece al escucharla ¿con semejante confesión como se suponía que él no perdiera el control? la inocencia de Shadona era algo realmente excitante; sin poderlo evitar y al haber quedado mudo por unos segundos, optó por dar arranque y empezar a conducir lentamente - ¿dije algo malo? ¿no debí comentar esas cosas contigo? Lo siento; no quería ser grosera; es solo que no tengo a quien decirle cosas como esas, esto es nuevo para mí – Alistair detuvo el auto aun lado del camino y corriendo la silla, levantó a Shadona y la sentó en su regazo besándola de inmediato con pasión; luego haciendo gala de un bien forjado autocontrol, se apartó de ella y tomándole el rostro con sus dos manos le dijo

Cuando te vieron mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora