Inmóvil observé como mi diminuto y oscuro habitáculo comenzaba a arder. Sin embargo, mi cuerpo se encontraba inundado por la tranquilidad. Me adentré en las llamas. Me habían cortado las alas.
Infierno
Inmóvil observé como mi diminuto y oscuro habitáculo comenzaba a arder. Sin embargo, mi cuerpo se encontraba inundado por la tranquilidad. Me adentré en las llamas. Me habían cortado las alas.