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~Edd pov~

No puedo dejar de llorar. Me duele, me duele mucho. Me duele tanto que siento que voy a morir.. No quiero aceptarlo.

•Aquel dolor en su pecho palpitaba fuerte y lento en su corazón. Con cada latido parecían fluir más lágrimas•

¡No quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero!

•Sostuvo su cabeza entre sus manos, ahora con la almohada entre sus piernas.•

No me hagas pensar estupideces.. Solo es esa estúpida voz en mi cabeza, que me dice tonterías.

Debería quererme. Debería amarme tal y como soy..

• Abrazó la almohada con fuerza, reposando su cabeza ahí•

Pero soy asqueroso.
No dejo de comer como puerco todos los días y haga lo que haga siempre me siento horrible.
Debería morir.

•Sus manos comenzaron a temblar, al igual que sus hombros.•

-¿Cuándo dejaré de sufrir así?-

No quiero más... por favor... alguien...

Alguien,  sálveme...

•Pensó mientras se acurrucaba en mí mismo, volviendo a llorar amargamente•

Pocos segundos más tarde, la manija de la puerta se soltó de su seguridad, y al hacerlo, Matt , seguido de Tom y Tord entraron rápidamente a la habitación.

Matt no dudó en abrazarlo sin preguntarle nada, acogiéndolo en su brazos como un niño pequeño. Edd no sabía ni cuándo ni cómo.. pero no lo cuestionó. Se dejó abrazar, soltando por fin el agarre con su almohada tan fuerte, relajando su cuerpo un poco. 
No podía evitar lagrimear horriblemente, gimotear como un bebé agotado y mostrarse tan débil ante sus compañías.

Sin embargo Matt no lo soltó en ningún momento; al contrario, lo abrazó con más apego y apegó su cabeza al hombro del contrario, abrazo al cual pronto Tom y Tord se unirían, aquellos tres aprisionando en un espacio seguro a quien más lo necesitaba en ese momento.

Edd lloró hasta caer dormido, en brazos de sus mejores amigos.

Amigos que se quedaron con él un par de horas, acariciando su espalda y haciéndole compañía.

Matt se quedó un poco más, abrazándolo y acariciando suavemente su cabello, mientras miraba su rostro colorado de tantas lágrimas que salieron de su ser.

Miraba atentamente aquellas facciones enrojecidas del llanto, en silencio, deseando que esa angustia se pasase con el descanso adecuado.

Eres más de lo que dicen las Fotos [MattEdd] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora