Querida y amarga niña:
Últimamente eres uno de esos cafés que dejan la garganta amarga y áspera. No me toleras. No hablamos mucho, no nos volvimos a juntar tampoco. Hace tiempo que no escribes para saber como estoy, y yo hago lo mismo. Si realmente te importara, me buscarías, ¿No? Me canso de verte desde lejos como si fueras alguien a quien no debo molestar, pero es que no me salen las palabras cuando te veo, las pocas conversaciones que tenemos parecen forzadas y casi nunca me sonríes cuando te saludo.
Nuestra amistad, va de mal en peor. ¿Soy tu amiga aún?
Anoche recordaba tu silueta durmiendo en mi cama, tan común, tan natural. Con el maquillaje corrido y la boca apenas abierta, con las manos a un lado y el cuerpo acurrucado. Siempre te tapaba cuando te quedabas dormida, acomodaba todo y hacía silencio al irme de la habitación. Te dejaba durmiendo plácidamente como un bebé.
Despertabas y era hora de irte.
Una vez me saludaste con un beso en los labios. No fueron los mejores tiempos que pasamos juntas, pero ese beso, valió tanto para mi...
Niña, me amargas. No me comprendes y para peor, lo acepto. ¿Porqué no hablamos? Ya ni te molestas en saludarme.
No de haces una idea de lo que duele todo esto...

ESTÁS LEYENDO
Rizos Dorados.
PoesiaCartas a un amor que nunca tuve por razones que no quiero entender o no quieren darme a entender. Extraño lo que éramos, o lo que no fuimos o quisimos ser... Te doy estas cartas, se que nunca tendré el valor de darte una a la cara. Si arruino alg...