Rizos Dorados:
Hoy voy a verte en el taller de canto, vas a llevar a tu novio. No me quejo, mi novio también estuvo una clase, solo que yo no quería que estuviera. Se que haces esto sólo por darme un sorbo de mi propia medicina, solo que a mi me destroza, a ti no tanto...
Realmente estoy decepcionada, no quiero verte con él. No teniendo en cuenta lo que duele... Parece ser que te encanta torturarme, y para tu suerte, sabes que herramientas utilizar.
Estamos en canto. Cantaste tu canción, dolió cada nota como un puñal. ¿Será parte de una inconsciente venganza? Aun no lo sé. Pero sí tengo la certeza de que cantas como un ángel, tu canto es glorioso, tu voz es tan hermosa... Más aun cuando cantas esas que nosotras solíamos entonar...
Tu novio me miraba como si fuera de las fuerzas enemigas, el blanco al cual disparar, le hice una mueca para que fuera y funcionó. Me reí con él. Me cae bien cuando no me remarca que eres suya y solo de él, como si fueras su objeto.

ESTÁS LEYENDO
Rizos Dorados.
PoesiaCartas a un amor que nunca tuve por razones que no quiero entender o no quieren darme a entender. Extraño lo que éramos, o lo que no fuimos o quisimos ser... Te doy estas cartas, se que nunca tendré el valor de darte una a la cara. Si arruino alg...