La gran Fiesta

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- Hola _ - me dijo con una gran sonrisa- estas gupísima!

- Gracias- le sonrei y fui con mis amigas.

- Hey _ estas preciosa de donde has sacado ese vestido? - preguntó Silvia.

- Lo tenia mi madre en el armario.

- No me canso de decir que tu madre tiene un don para la moda- dijo Laura.

- Por eso es disenyadora- afirmimo Natalia.

- Gracias chicas pero no es para tanto.

Natalia llevaba el pelo ondulado y llevaba un vestido ajustado azul oscuro con un cinturón negro y unos tacones a conjunto. Sonia y Laura iban exactamente igual con el pelo liso y llevaban el mismo vestido que Natalia pero en color amarillo y con lentejuelas, el cinturón no era negro era blanco llevaban unas sandalias amarillas.

Silvia se puso el pelo rizado y un vestido que le regalo mi madre de su última colección, era verde ajustado de hombros a cintura, largo hasta los tobillos.

Me fui a por una coca-cola. Me encontre con Álvaro, se quedo enbobado con mi vestido.

- _ nunca te habia visto con un vestido tan bonito.

- Es que no me suelo poner vestidos.- le respondi.

- Pues es una pena porque te queda genial.

-Muchas gracias.

Y me fui a por mi coca-cola. La empece a abrir mientras salía al jardin. Me senté en un banco que tenian Natalia en su casa. A los minutos salió Carlos:

- Como estas?- me preguntó.

- Bien- Le dije un poco desanimada.

- Pues parece que estes mal- hubo una pausa y continuo- estas mal porque te cogí un trozo de chocolate?

- No, Carlos estas loco? Si te la ofrecí yo- dije riendome- muchas gracias.

- No hay de que, siempre es un placer oirte reir.

Entramos a dentro, en un momento Carlos desapareció. Miraba haber si lo veia, encontré a mis amigas, me quedé con ellas.

- _ donde has estado?- preguntó Sonia- David te buscaba.

- He estado fuera hablando con Carlos.

Y de repente se escuchó la canción que horas antes me habian enseñado. Estaba feliz porque veia que les gustaba cantarla delante de todos mis compañeros. Cuando acabó David vino hacía mi.

- _ porque te has ido antes sin decir nada?- me preguntó.

- No se puede que por miedo.

- Miedo, a que?

- Nada da igual.

Me giré para irme y David me cogió el brazo arrastrandome hacia el. Notaba su respiración, su corazón. Me miraba fijamente yo cada vez me ponia más nerviosa.

Lo dejo aquí porque le quiero dar un poco más de emoción.

Amor imposible Auryn y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora