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El menor miró hacia el frente, siendo poco capaz de ignorar a Kihyun, quien había cambiado tanto para haber pasado una sola semana. El radiante pelirrojo de su cabellera se había convertido en un negro simple, y la perfecta sonrisa que siempre lucía era ahora reemplazada por una mueca indescifrable.

Le dolió mucho verlo así, sin embargo no podía acercarse, por alguna razón sus pies no se movían.

Ambos pelinegros se encontraban mirándose, sin decir palabra alguna o acercarse más al otro. Permanecieron así por un buen tiempo, hasta que Kihyun decidió caminar cerca hacia él por su cuenta.

"Changkyun."

El menor no era capaz de alzar su cabeza ahora, no cuando Kihyun se encontraba tan cerca como para poder escuchar su tranquila respiración.

"Changkyun, mírame."

El menor sintió fuego en su interior cuando Kihyun agarró su mandíbula para que encontraran sus miradas.

Cómo había extrañado su tacto.  Siempre hacía que su cuerpo se estremeciera.

Se sentía dentro de una burbuja, como si nada fuera capaz de arruinar ese extraño momento.

El tiempo se había detenido, y la distancia se había acortado. Kihyun no había soltado el agarre al rostro de Changkyun, acunandolo ahora  con sus dos manos, mientras lo observaba como si fuera arte.

Lo que pasó a continuación fue demasiado para Changkyun.

Kihyun había acercado sus labios a los suyos, uniéndolos en un beso. Un beso suave y lento, acompañado de una sensación de familiaridad única.

El menor se encontraba feliz de poder sentirlo esta vez.

No habían recuerdos de por medio, solo el contacto entre los dos haciéndose eterno y complaciente, como si hubiera sido una necesidad mutua desconocida, o quizá, suprimida.

"Sabía que debía encontrarte Changkyun."

Angel of Death [Changki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora