Mal camino. [AU]

Uno: Uravity 1/2

Momo acomodó su vestido y reafirmó su bolso, su sirvienta le preguntó por tercera vez si estaba segura de ir sola, que podría acompañarla si así deseaba
Pero ella se sentía segura esta vez.

Luego de la muerte de sus padres y su posterior decaimiento, el cual se prolongó y fue empeorando con el paso de los días y la notoria ausencia de sus mayores, sus sirvientes comenzaron a estar más pendientes de ella, en especial los que más antigüedad poseían. Cualquiera pensaría que aprovecharían la situación, pero no fue así, fueron aquella fortaleza que ella necesitaba en esos momentos de dolor, y les estaba inmensamente agradecida.

Suspiró y mordisqueó su mejilla, despidiéndose y abriendo la puerta en el transcurso. Sintió el aire en su rostro, luego de meses encerrada en su casa, perdiendo la oportunidad de asistir a la Academia de Héroes, perdiendo la oportunidad de mejorar, de convertirse en alguien por el cuál sus padres se sintiesen orgullosos, de seguir adelante.
Más sin embargo, en ese entonces no estaba preparada.

Todavía no lo estaba, pero no podía seguir hundiéndose en su propio martirio, sus padres no querrían eso. No.

Continúo su camino a pasos torpes, abriendo el enorme portón y cerrandolo, sintiéndose, a cada paso que daba, más liviana.

Su chofer estaba afuera, esperando cómo siempre solía hacerlo, aunque claro, hace meses que sus servicios no eran requeridos, ayer ella había pedido si podía buscarla al mediodía, el hombre automáticamente había respondido con un sí, supuso que estaría algo contento de poder continuar ejerciendo su labor.

-Buenos días señorita Yaoyorozu, ¿A dónde desea dirigirse? -Preguntó encendiendo el auto. Momo dudó.

-A la... cafetería que solía frecuentar. -Respondió titubeante. -¿La recuerda? -Ante su pregunta, el hombre asintió y arrancó el auto.

El camino se le hizo corto, pues se la pasó observando los diferentes paisajes y escenarios que se le presentaban, entre ellos la euforia de la gente y los tumultos que se apreciaban en tiendas con la televisión puesta en el canal dónde, al parecer, se mostraba el festival deportivo. Momo no pudo evitar pasar de la sorpresa a la tristeza, pensar que ella estaría allí presente.

El coche frenó y ella agradeció al chófer, prometiendo que lo llamaría al momento en el que decida volver a su hogar, bajó y miró la cafetería frente a ella con nostalgia.

"Cuánto tiempo" pensó, sonriendo leve y adentrándose a la misma, aumentando su sonrisa al sentir el olor a café y pan horneado. El local estaba semi vacío, la gente parecía haber sido consumida por el festival deportivo, unos pocos se encontraban allí enfuscados en sus respectivas laptops.

Tomó asiento y a los segundos una chica llegó a pedirle su orden, Yaoyorozu recordaba perfectamente qué era lo que pedía: un café y una rebanada de pastel de chocolate.
La mujer se retiró, y una vez Momo rompió el contacto visual y dirigió su mirada al frente, se sorprendió al notar a una chica sentada en su mesa, esta la observaba con ojo crítico, tenía el pelo corto atado en una coleta desordenada, ojos grandes y una cara algo redonda. Temió pensar que la chica la recordaba por el suceso de sus padres.

-¡Hola! -El saludo efusivo de la chica la descolocó un poco. -Disculpa, ¿Querías sentarte sola?, es que no quería sentarme junto a aquellos rectos señores y sus laptops, de verdad, me dan escalofríos, sólo míralos. - Los señaló haciendo una mueca. A Yaoyorozu le cayó una gotita por la sien al ver la cantidad de asientos vacíos en los que la chica podría haberse sentado, pero le restó importancia.

-No, no. Está bien eh...-No continúo al no saber el nombre de la chica, la castaña captó la indirecta.

-¡Oh perdona!, Soy Uraraka Ochako. -Se presentó sonriente. - Puedes decirme Ochako si lo deseas, ¿Tú eres?