Viernes 8 de septiembre, 2023
Las nubes se volvieron grises de un momento a otro, amenazando con cubrir el cielo entero en cuestión de minutos. Podía sentir la humedad en el aire, cómo el viento se detenía para dar paso a la tormenta, pero no me preocupé por ello. Me gustaba la lluvia, el sonido seco que producían las gotas al chocar contra el cemento, el momento de calma que se formaba un segundo antes de que la primera gota cayese, la sensación del agua resbalando sobre mi cabeza, me fascinaba el poder sentir todo eso. Sin embargo, muchas de las personas a mí alrededor parecían pensar diferente manera, pues rehuían de la inevitable tormenta que de manera calma y paciente se iba instalando sobre nuestras cabezas. Caminaba por la calle abarrotada, todos apurándose a llegar a sus hogares lo antes posible. Yo seguí mi rumbo, atenta como siempre a todo lo que me rodeaba. Metros más adelante, una señora hablaba por teléfono sobre lo que había almorzado aquel día, mientras que sostenía la mano de su pequeño hijo, el cual lloraba desesperado por la atención de su madre. A mi izquierda vi trabajar a varios albañiles que arreglaban uno de los tantos baches de la calle, a la vez que conversaban entre sí, causando múltiples bocinazos por parte de los conductores que esquivaban la zona a reparar y continuaban su camino por el lado sano. Adelante mío caminaba una mujer de melena pelirroja, vestida con un traje oscuro bastante elegante, haciendo repiquetear sus tacones a cada paso que daba. El olor de su café me embriagaba por completo, haciéndome notar a su vez el frío que empezaba a alzarse junto con la tormenta a por venir. Me decidí a detenerme en un café cercano.
Tomé un sorbo corto de la bebida en mi mano mientras que me encaminaba al punto de reunión que habíamos acordado. Un bar en el cual tenía cita para encontrarme con uno de los mejores hackers de New York, "Deezer". Y aunque el nombre me resultase estúpido y poco fiable, debía admitir que la forma en que lo presentaban era impactante. Según varias personas con las que hablé, el sujeto era capaz de irrumpir en el sistema de datos de la policía, cosa que según tenía entendido era bastante difícil de lograr. Era al parecer un "honor" que aceptase reunirse conmigo. Yo solo esperaba que lograse hacer lo que necesitaba, o de otro modo tendría que posponer por más tiempo mi partida. Éste era tan solo un asunto inconcluso, un cabo suelto que quería terminar antes de irme. Y es que realmente necesitaba irme, dejar atrás aquel infierno en el que estaba viviendo y poder tener, por fin, una vida normal. Una vida al menos. Estaba harta de eso, de tener que vivir escondida, huyendo de ellos todo el tiempo. Huyendo de él, escondiéndome de su sombra. Al principio creí que se olvidarían de mí y pasarían a centrarse en otro, que harían borrón y cuenta nueva, tal como si nunca hubiese existido. Pero me equivoqué, no dejaron de buscarme, y pareciera ser que no pararán hasta encontrarme y meterme en esa celda de nuevo. Durante los últimos dos años logré evitarlos bastante bien, excepto por un par de accidentes en los que casi me descubrieron, pero supe mantener un perfil bajo. De eso dependía todo, era una táctica, un truco para seguir en el juego. Porque eso es lo que era, un juego. Un retorcido e interminable juego entre él y yo, como el gato y el ratón. Y por mucho que lo odiase, yo era el ratón.
Un indigente sentado en el suelo alzó una lata hacia la multitud, mientras que tarareaba para sí una melodía infantil que captó mi atención pero no logré reconocer. Desvié la mirada al cielo por un momento, notando las grises nubes que iban encapotando el cielo. No faltaba mucho para que se largase a llover, y el pobre hombre no tenía con qué cubrirse de la lluvia, ni siquiera algo para defenderse del frío que ahora reinaba en el aire. Me detuve frente a él, extendiéndole el vaso de café caliente que tenía en la mano. Todavía quedaba un poco más de la mitad, y el humo se alzaba hacia el cielo raso. El hombre barbudo miró el café sorprendido para luego levantar la vista hacia mi rostro, y solo bastó un movimiento afirmativo de cabeza para que finalmente se decidiera a tomarlo, regalándome una sonrisa de pocos dientes.
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Génesis
Science Fiction« En un mundo donde lo diferente es malo, donde personas como nosotros son algo malo, ¿Realmente crees que podemos ser héroes? Yo no lo creo.» ¿Quién es Raven Sky? Esa es la gran pregunta que todos se hacen, quiero decir, ¿Es ella una sobreviviente...