— ¿Jeon Jungkook? — preguntó el hombre en la entrada, un impreso detallado en una de sus manos.Asintiendo, fue tocado por todos lados como tantas veces había sido, en la absurda búsqueda de algo que implicara su regreso al interior.
¿Quien en su sano juicio, a un paso de la libertad, intentaría cargar con algo que pudiera enviarte devuelta al infierno de adentro?
— Tome — sus cosas fueron devueltas, aún recordaba las cosas que traía en su mochila
— Puede revisar si quiere, pero asegúrese de que una vez que salga, nada lo traiga de vuelta — aconsejó el tipo, palmeando el hombro del pelinegro mientras éste era acompañado por otro oficial hasta la puerta principal.Con cada paso que daba, podía sentir su corazón bombear más y más fuerte, queriendo salírsele del interior.
Había llegado el momento de encontrar la luz luego de tanta injusta oscuridad, era tiempo de salir de ese lugar que se volvió su diaria pesadilla, un central de muertes y peleas, de malos tratos y peleas, de pandillas y ...peleas.
Vestía las mismas prendas que aquella noche, un abrigo enorme negro, que cubría con su gorro su cabeza y parte de la frente, unos pantalones rasgados y unos deportivos del mismo color, de cuando fue sacado de su casa haciéndole pasar el bochornoso grande a su familia, por él no, él encontraría a ese chico, tomaría venganza y buscaría las pruebas necesarias para limpiar su expediente, porque por sobre todas las cosas:
Él era inocente.
Un inocente de la vida, la cual puso a prueba su persona, demostrándole, que el verdadero interés de las personas salían a flote, en la búsqueda irracional de su propio beneficio.
— Hasta aquí — avisó un guardia, un hombre entre los cincuenta años, quien lo miró severamente y dijo palabras claras, que de muy pocas bocas habían salido — Disfruta del tiempo perdido con tu familia, chico, la vida se encargará de poner a todos en su sitio, el valiente es valiente, hasta que el cobarde quiere —.
Con algo de fuerza, el tipo abrió la enorme puerta que media cerca de cinco metros, la luz haciéndole parpadear efusivamente por el fuerte impacto, más el otro no fue ni lo tan molesto en comparación al primero.
— ¡Jungkookie! — gritó alegremente su hermano mayor, abrazándose a su cuerpo a pesar del la fuerza con la que sus pechos habían chocado — ¡Estás fuera, hermano! — no pudo evitar reír, y estrechar el cuerpo delgado contra el suyo, oliendo del dulce olor que desprendían los cabellos rojizos.
— Mi hermano — susurró, apretando sus brazos aún — Ya estoy acá, con ustedes — afirmó, separándose y ver a su hermana correr a sus brazos.
— ¡Hyohyun, hermana! — alzó la voz, claramente conmocionado
— Cuánto tiempo, princesa — le habló, tomándola por los antebrazos y alejarla un poco.El repentino escocer en sus ojos le indicaron que quedaba muy poco de autocontrol en si, para comenzar a llorar y reír como loco a la vez.
— Mi Jungkook — sonrió la chica, abrazándose unos segundos de la cintura del pelinegro — No sabes cuánto hemos esperado este momento — retrocedió, riendo al sentir como su hermano besaba su frente.
Una vez sus hermanos se ubicaron al lado suyo, su pecho vibró en anticipación y de orgullo, una inhalación profunda acompañó su repentino corretaje hasta la persona en frente, la mujer a la que más amaba en su vida, la persona por la que había decidido no dejarse caer en ese lugar del demonio.
— Mamá — sollozó, rompiendo a llorar en el momento en que los brazos de su madre lo acogieron cálidamente — Madre, esto ha terminado, madre — musitó en medio de lágrimas, tomado el rostro de la fémina para besarlo todo, ocasionando risas en los presentes.
— Mi niño... no llores — pidió, entre riendo y llorando la de marcadas arrugas y alguno que otro cabello blanco — Todo está bien, cariño, estamos juntos de vuelta — mimó los cabellos negros de la nuca, y con la otra mano, sobó la espalda de su hijo.
— Madre... no sabes cuánto esperé este momento — confesó, separándose para besar la cabeza de su madre, y alejar con sus temblorosos dedos, lágrimas que caían por el rostro rojizo de ella.
— Si cariño, ya nada nos separará — sonrieron, perdiéndose en los ojos del contrario — Mi niño, volveremos a casa con la cabeza en alto, como siempre debió ser — llena de orgullo dijo, tocando el rostro apuesto de su hijo — Con que estás más guapo, chiquillo — burló, todos soltaron una carcajada en medio de la lágrimas.
— Jungkook — la voz ajena los interrumpió, el mencionado se giró a ver al chico, a quien no había notado.
— Yugyeom... — río, esperando a que el otro se acercara, y no pudo evitar retroceder cuando los labios del peliplata atacaron los suyos, en un rudo beso — No sabes lo que me alegra que estés acá, con mi familia — se alejó, viendo al otro mirar a sus hermanos y madre.
— Ellos son mi familia también, Jungkookie — le dijo, todos los presentes asintieron, conmocionados.
— Cierto — acordó el pelirrojo, palmando el hombro de Yugyeom, quedándose a un lado — Este chico ha estado todo tiempo con nosotros, sin dejar atrás que cuando podía, venía a verte también —.
— Jungkook sabe cuán especial es para mí — se miraron, el pelinegro se inclinó para besar las comisuras del peliplata — Y siempre haré lo que sea por él, por su bien — Jeon tragó, sonriendo, más la única persona que comprendió la incomodidad fue su madre, soltando un suspiro.
— Bueno, podemos irnos ya, no quiero regresar a este lugar nunca más — habló la joven Jeon, empujando a todos fuera del recinto, camino al estacionamiento.
— Iremos en mi auto — informó el peliplata, más para Jungkook que los otros — Por acá — señaló el camino.
Jeon cerró sus ojos, y sonrió abiertamente, cuando el viento otoñal golpeó su rostro. Recién se sentía con vida, recién podía jurar ver la libertad besando sus labios y acariciando su cuerpo, como otra piel más.
Abriendo los ojos, se mostraron vidriosos sus orbes oscuros, y se dijo, así tuviera que repetírselo todos los días por el resto de su vida, que no se dejaría pisar por nadie.
Dianita los ama.
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Lost {KM}
FanfictionJeon Jungkook fue encarcelado por un delito que no cometió, más estando libre decide tomar venganza y limpiar su expediente de acusación alguna. Jimin Park es un joven millonario, con una personalidad arrogante, caprichosa y mandona, heredero de la...