Episodio 3.

29 4 8
                                    


• Más de tres mil palabras •

— Ayer fue el día esperado — habló Taehyung, tomando un sorbo de la bebida en su copa.

Todos se giraron a observarle, extrañados, algunos intentado pensar que fecha de importancia era como para recordarla, y otros en espera de que el de cabellos castaños continuara.

— Fue el día de liberación para Jeon Jungkook — y sólo bastó esa frase, para que todos supieran lo que había bajo aquellas palabras.

Yoongi observó por el rabillo del ojo a Jimin, quien se removió inquieto en el asiento y miró con mala cara a Taehyung.

— Como olvidarlo, un maldito acosador que no debió salir de la cárcel, la justicia en este país es tan baja — soltó un suspiro, como si hubiera estado ahogándose por unos minutos.

— Y fíjate, que yo pensé que convencerte sería más difícil chico — alzó la comisura de los labios Namjoon, incomodando a Taehyung con el acto — Yo a veces me pregunto que tan alto quieres estar ante los ojos de papá, como para hacer cosas de esa magnitud — negó, con burla, para tomar de un trago el líquido en su copa.

Tragando grueso, el rubio contestó.

— Deja de hablar tanta basura, no necesito hacer nada de eso para ser mejor que tú, ante los ojos de mi papá. No vuelvas a repetir o a insinuar que es tu padre, porque sería compararlo con un alcohólico que lo único que hizo fue meter su polla en el hueco de mi ingenua madre, y al que ciertamente no conoces y no creo que el haya recordado tan siquiera que tiene alguien con su sangre — escupió, todos corrieron la vista, visiblemente apenados con Namjoon — Y para aclararte, han pasado tres años desde que no se sabe nada de ese chico, y creo que lo único que quiera hacer en estos momentos sea pasar el tiempo con su descompuesta familia, y en su pordiosero batey rodeado de gente pobre y mal hablada —.

— ¿Tan indeseable tienes que ser? — le preguntó Taehyung, molesto.

— Lo siento, si no te agrado puedes irte por otro lado, total, la fiesta es una real mierda — bebió, recostándose contra el espaldar.

Era cerca de la media noche, para cuando los primos o amigos más cercanos andaban más unidos y riendo entre ellos.

El inicio de la fiesta había sido como un maldito calvario para Jimin, quien contaba los segundos para largarse del lugar.

El dinero y los lujos de podían oler en aquella fiesta, y Taehyung no podía lucir más incómodo en medio de tanta gente podrida de mente y con ansias de más y más, y le daba gran diversión ver la forma tan hipócrita en la que todos hablaban, en la que se abrazaban y daban las manos, en como sonreían cuando por dentro quería comerse vivo a quien se viera con unos pesos más que ellos en un pronto futuro.

Su padre Taemin, siendo un hombre que se crió en aquel medio, siempre le inculcó los buenos hábitos y que la avaricia era un alma de doble filo, que te podía llevar por un mal y peligroso camino.

Su madre, psicóloga al igual que él, le brindó todo el amor que una madre podría a su hijo, riñéndole cuando hacía algo mal, y felicitándolo cuando hacía algo bien, lista para darle un abrazo y besarle la frente, cosa que sabía era lo mejor que tenía en la vida, y lo que tanto necesitaba su primo.

Todo lo que callamos, tarde o temprano se nos sale por los ojos, le había dicho en una ocasión.





















Su padre, quien a pesar de no haber visto hacía más de un año, no había mostrado ningún tipo de interés en verlo, a él, su hijo, luego de un tiempo de trabajo.

Lost {KM}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora