One Shots [Shawn Mendes]

Fiesta y Shawn (II)

Sábado por la noche, 12.30 exactamente.

Anna entró en aquel bar que había estado la semana anterior, pero ésta vez, sola.

Caminó hasta la barra intentando lucir más confiada de lo que estaba (es decir, parecer una persona normal que no tiene nervios de ir a un bar). Se sentó en una de las sillas y pidió un vaso de agua, no tomaría nada esta noche.

Fue un minuto después cuando vio que Shawn (sí, ahí estaba él) estaba con una chica en la otra punta de la barra. Él reía y ella pasaba sus brazos por los hombros del chico, moviendo su cabello de a ratos.

Anna giró su cabeza y pensó que tal vez era la chica más estúpida del planeta por confiar en alguien que ni siquiera conocía. Pero algo dentro de ella se había movido esa noche de sábado.

Shawn miró sobre el hombro de Riley y vio a esa rubia que había conocido la semana anterior. Estaba sola, más bonita y no podía creer que ahí estaba. Él se alejó de la chica junto a él, pero ella no tardó en seguirlo.

-Anna, estás aquí.

Ella giró su cabeza y miró a Shawn, aunque Riley llegó junto a él e interrumpió ese pequeñísimo momento juntos.

-Shawn, ¿quién es ella?

-Ella es una amiga, Riley. ¿Nos dejas hablar un momento a solas?

Riley miró a Anna y besó la mejilla de Shawn.

-Por supuesto, pero no te olvides de mí.

-Shawn, creí que no tenías novia. Al parecer cuando dijiste eso sí estabas un poco...

-No es mi novia, te lo juro. Ella es la ex del hermano de un amigo. No significa nada, absolutamente nada, para mí.

-Pero estabas con ella, no puedes dejarla así y venir conmigo. Yo estaba pensando en volver a casa de todas formas.

-No, Anna. No te dejaré irte otra vez. Tus amigas no están aquí, lo que significa que viniste a verme y si viniste a verme, no puedo dejarte.

Ella intentó ocultar su sonrisa bebiendo de su vaso de agua, lo cual no funcionó. Shawn se sentó a su lado y le hizo una seña a uno de los camareros.

-Lo de siempre para mí y una margarita para la señorita.

-No, Shawn. No quiero...

-El sábado estabas tomando exactamente lo mismo que acabo de pedir.

Anna se quedó sorprendida.

-Que observador, ¿cómo lo supiste?

-No lo vi, lo sentí en tus labios. El brillo labial no lo cubre todo.

Anna miró al vaso que el camarero había dejado frente a ella y bebió un poco.

El plan de no tomar nada y mantenerse sentada en la barra falló al tercer vaso de algo y la tercera canción que bailó con Shawn.

-Así que sabes bailar, Anna.

Él tomó su brazo y la hizo girar. Pegó su pecho a la espalda de Anna y dejó su cabeza en el hueco de su cuello.

Otra vez, Anna sintió ese mismo aroma a alcohol mezclado con el perfume de Shawn. Y no tuvo más opción que cerrar sus ojos y dejarse llevar por la música.

-Tengo 20 años, nací en Canadá y aún vivo aquí. La última relación que tuve también inició en un bar, por eso me fui cuando...

Shawn besó despacio el cuello de Anna, interrumpiendo su historia.

-Eso es pasado, ahora estás conmigo y te veo bastante contenta. Si me das una oportunidad, puedo ser mejor que ese idiota que decidió dejarte.

-Yo lo dejé, pero sí era un asco de novio.

Shawn rio y dio media vuelta a Anna, otra vez estaban cara a cara.

-Entonces, si me das la oportunidad, puedo ser la persona que no dejarás.

Anna rio y dejó un beso rápido en los labios de Shawn, como él lo había hecho.

Shawn sonrió y tomó eso como un sí.

Algunas personas dicen que ellos se fueron al salir el sol, otros dicen que se fueron dos segundos después. Pero nadie más que ellos dos saben la verdadera historia.