Smile at the camera, baby

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Cuando llegué a la sesión de fotos creí ver lo que veía cuatro años atrás: unas cinco personas en una sala pequeña, algunos pocos cambios de ropa y a mi novio nervioso y super pequeño.
Entonces llegué a una sala grande, más de 30 personas corriendo y gritando de aquí para allá, diez outfits diferentes, guitarras, luces, pantallas y un modelo fabulosamente apuesto, de 20 años, totalmente distinto.

Sentí su mirada en mi espalda cuando dejé las cámaras sobre una mesa, me acerqué a su representante y saludé a algunas de esas tantas personas.

—Bien, Caro, comenzaremos en la terraza, queremos algunas fotos de Shawn con sol detrás. Tú sabes que hacer.

Asentí y abrí la puerta, subí las escaleras y todo con los pasos de Shawn detrás. A los segundos se oyeron unos tacones y supe a quien pertenecían.

—Shawn, quiero que te sientes en esa parte de allí. Amy, será mejor que te separes, no puedes salir en las fotos.

Ella hizo un pequeño puchero y besó a Shawn, con una de sus manos él la empujo un poco y me miró.

—Luego podrías hacernos una sesión de fotos, ¿verdad, Caro? No lo sé, tal vez en la c...

—Bien. Luego, por favor sepárate de Shawn así puedo hacer mi trabajo.

Él me miró apenado y luego a la cámara. Acomodó su cabello de una manera rápida y sonrió.

Y aunque me gustaría poder decir que lo tenía superado, tomé casi 10 fotos de ese momento.

Si pudiera decirte que te extraño como loca... la cama es demasiado grande sin ti.

—Genial. Tal vez quieras pasar a ese techo y hacer un par de movimientos extraños, de los que tú sabes.

Él rio y asintió, pasando sus piernas hacia el otro lado.

Luego de casi diez minutos y más de 50 fotos, bajamos nuevamente al estudio.

—Cámbiate de ropa. Vamos a hacer algunas con la guitarra.

Shawn asintió y se fue a su camerino. Aunque su novia en lugar de seguirlo se acercó a mí.

—¿Me recuerdas, mejor amiga? ¡Te he extrañado tanto!

Me abrazó y aplastó un poco la cámara que colgaba de mi cuello. La empujé por los hombros y le di mi más falsa sonrisa.

—Hace un año no te veo, mejor amiga. Se que estuviste haciendo algunas películas.

—¿Las viste? Pronto estaré nominada al Oscar por alguna de ellas.

Claramente no vi ninguna. Porque de hacerlo, sé que le sacaría fotos a esos momentos en los que besa a otros chicos, y esas fotos estarían en el celular de Shawn.

—Por supuesto... ¡Shawn, sigamos! Atención, por favor, necesito que todas las personas en esta habitación se queden quietas en un lugar donde no se vean las sombras.

—Pero yo puedo estar...

—Todas las personas.

Shawn rio e hizo que lo mirara, intentando ocultar mi sonrisa. Él se sentó en el banco que estaba allí y tomó la guitarra que le daba una asistente.

Comenzó a tocar una melodía con la que bailamos en nuestra graduación. Brian, quien también estaba allí, me miró durante unos segundos y luego a Shawn. Y aunque no pudiera verlo, sentía su mirada.

Suspiré y limpié mis ojos antes de que una lágrima saliera, Shawn pareció notarlo y paró.

—Lo siento.

Un susurro salió de sus labios antes de mirarme con una mueca. Negué y miré mi cámara, 20 fotos más.

—Cambia de look otra vez.

Él se acercó a mí y tomó mi mano suavemente, levanté mi mirada y me enfrenté a sus ojos dulces.

—¿Estás bien?

—Te extraño demasiado y...

—¡Amor! ¿Notaste lo buena que es mi mejor amiga en su trabajo? Ella accedió a hacer nuestra sesión de fotos mientras tú te estabas cambian...

—Ok, Amy, ya es sufieciente. Qué tal si vas a casa y preparas... pides delivery mientras yo termino. Sería muy bueno.

Ella asintió y besó su mejilla, chocando su hombro contra el mío y mirándome con su rostro de superioridad.

—Bien, amor, llámame cuando vuelvas a casa ¿sí?

Él suspiró y asintió.

—¿Qué me decías?

—Ve a cambiarte de ropa.

James, su mánager, se acercó a mí cuando Shawn se había ido a la habitación. Pasó su brazo sobre mis hombros y sonrió.

—Te extrañamos mientras estabas en África, nuestro fotógrafo durante ese tiempo no hacía el trabajo que tú.

—Por supuesto que me extrañaron. No hay como tenerme en un equipo.

Ni siquiera un año en África fue suficiente para olvidarte, Shawn Mendes.

—¿Qué tal si vamos a comer algo esta noche? Para celebrar que volviste con nosotros. 

Shawn volvió y yo me separé mirándolo.

—Emm, debo editar estas fotos y algunas otras cosas que hacer, no creo poder hoy. Pero... otro día, tal vez.

Él asintió y se fue.

—Shawn, vamos a tu camerino, esa camisa parece hecha para una entrega de premios, vamos a fingir una.

Shawn dio media vuelta y caminó hasta allí, abrió la puerta y me dejó pasar.
Su celular comenzó a vibrar sobre la mesa, emitiendo un sonido molesto. El nombre 'Amy Douglas' apareció en la pantalla. Creí que tendría algún nombre más cariñoso para ella.

Canceló la llamada y arrojó el teléfono al sofá frente a él.

—Así que Amy y tú salen. Cuantas cosas cambiaron desde que me fui. En África eres todo un éxito también.

Él sonrió y asintió con energía, se sentó sobre el tocador y le tomé una foto.

—Amy y yo no somos novios por elección. James nos obligó, fama beneficia a fama. Realmente no es mi tipo de chica.

Seguí sacando fotos antes de preguntar en un susurro muy pequeño:

—¿Quién es tu tipo de chica?

—Las chicas que no tienen miedo a tener una relación de siete años, o más. Amy es tan superficial, Caro, sólo le importa cuanto dinero puede gastar en una tienda, los premios que gana por sus películas. Ni siquiera se interesa por tener amistades con sus compañeros de trabajo.

—Lo sé, ella solía ser mi amiga. Hasta que decidió convertirse en la persona que es ahora.

Dio media vuelta y se acercó a mí lentamente, bajó la cámara de mis manos y entrelazó nuestros dedos.

—Yo también te extraño. Tanto que a veces quiero buscar tu número en mi teléfono y llamarte, rogarte que vuelvas y me abraces muy fuerte. Sobretodo cuando tengo...

—Lo sé, ansiedad, porque también la tuve, antes de irme. Aprendí a controlarla, pero estuve a dos segundos de llamarte cada vez que sentía que era el final de mi vida.

Él apoyó su cabeza en mi hombro y apretó su pecho al mío. Sentí su respiración cálida y calmada en mi cuello. Sentí... que estaba en casa.

—Termina con Amy, por favor. Ella no es buena para ti.

—¿Quién lo es?

—Yo, Shawn.

Shawn levantó su cabeza y tomó mi cuello con su mano, dejando sus dulces labios sobre los míos. Se separó segundos después y sonrió, yo tomé sus mejillas y lo acerqué otra vez.

Pedido por: INSPIRADEDGRIL
¡Espero que te guste!

One Shots [Shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora