Telas y luces se pueden observar a lo largo de las columnas y paredes del salón donde se realiza la fiesta de las empresas Myers.
Lindo, pero muy extravagante para mi gusto.
-¡¡Ahhh, Emma, moriré en este instante, esto es hermoso!!- Suelta rápidamente Jess en una audible exclamación.
-¡¡Shh, cállate Jessica, nos están viendo, y tú sabes que no me gustan estás escenas, a si que, por favor, compórtate!!- Exclamo rápidamente.
-Mmm, me parece que alguien está un poco gruñona, cálmate linda, ay verás a tu jefecito- Habla con sorna mi amiga.
Mi mirada en este momento debe ser totalmente perceptible, amo a mi amiga, pero en este momento la mataría, nuevamente....
-¿Porqué no dejas de decir estupideces y te callas?- Respondo más enojada aún.
-Ya ya- Me dice para después ir hacia el bar mientras yo voy en dirección opuesta, hacia el banquete.
Si, me gusta comer y mucho. Soy como esas personas que tienen un agujero negro es vez de un estomago. En todas las fiestas a las que iba en la Universidad con Jess siempre ella terminaba sin poder moverse por la cantidad de alcohol que ingerido y yo con dolor de panza, nos complementamos de forma perfecta.
-Se ve que estas en tu salsa Emma- Se escucha la voz de Antonio en mi espalda y al girarme se nota como contiene la risa al ver mi boca a punto de explotar por la comida y un panecillo en cada mano esperando a ser devorado.
-Hmovla- Le respondo mientras intento tragar.
Hermosa forma de acompañar a un hombre a una fiesta.
A decir verdad desde que habíamos entrado no me había acordado de la presencia de Antonio y se ve que Jess tampoco ya que no la veo en ninguna parte. Anto al notar a quien busco me dice que esta esperando en el bar por que no quería una copa de champage sino la botella.
- Le gusta tomar- Le digo- No es que lo haga mucho pero cuando lo hace hay que cuidarla por que se suele pasar un poco- Me explico, intentando que Anto capte la indirecta, bastante directa si me lo preguntan, para que vaya con Jess.
Aunque no estaba mintiendo, Jess toma y mucho.
Cuando Antonio no responde nada y se me queda mirando me doy cuenta que no recibió el mensaje.
-Puedes, no se, ¿Ir a vigilarla?, ya sabes como un amigo, no quiero decir que vallas por otra cosa- Le pido mientras intento que no crea que Jess es una regalada.
-¿Que?- Pregunta medio perdido.
Madre mía.
-Tu, ir con Jess, Yo vaciar la mesa, ¿Entendido?- Le pregunto mientras nos señalo- Vete ahora y cuida de mi hermana de corazón- Le digo mientras lo giro y lo empujo hacia la dirección opuesta a la que estoy.
Después de estar unos instante viendo a la gente charlar y bailas, me giro para poder agarrar otro sándwich, aparte del que estoy comiendo, cuando escucho mi nombre a mis espaldas.
-Señorita Lehner- Dice Alan Myers detrás de mi - que manera tan educada de tratar con mi socio-
Trago rápido y mi giro para contestarle, pero antes de que mi boca puedo modular cualquier oración mis ojos se posan en el hombre que tengo al frente. Tiene puesto una camisa blanca, pantalón y saco negro y un moño azul que hace resaltar sus ojos. Su pelo esta peinado perfectamente hacia atrás y su barba esta afeitada. Hasta puedo sentir el aroma exquisito de su perfume y esta a un metro.
Creo que morí.
-No no, lo que paso no es eso, lo siento, no era mi intensión que se viera así- Empiezo a hablar rápido sintiéndome nerviosa
Mayers me mira a los ojos mientras analiza lo que acaba de suceder y cuando creo que me voy a morir, sus ojos recorren mi cuerpo, cada centímetro provocando quemando y quedándose mas tiempo de lo que debería en el sur de mi cuerpo haciendo que mis mejillas se sientan calientes. Hago sonar mi garganta y de esta manera vuelvo a tener la atención de sus ojos en mi cara.
-No es por incomodar pero mis ojos están aquí- Le digo señalando mi cara.
Veo como se remueve en su lugar para luego recomponerse y volver a tener esa aura de hielo.
-Por supuesto- Responde- Solo le pido que se disculpe con mi socio, que mucha consideración tuvo al invitarla sin mi autorización- Ese comentario me deja helada- Que disfrute de la velada-Termina diciendo para luego irse.
Nada se compara con lo que siento en este momento, aunque me han rechazado en el pasado nunca en mi vida me sentí tan discriminada en un lugar.
Intento encontrar a Antonio con la mirada y lo encuentro bailando en medio de la pista con Jess, y tomo la decision de irme.
Si el señor no me quiere acá, pues me voy.
Me acerco a la salida del lugar mientras le escribo un mensaje a Jess, diciéndole que no me siento bien, cuando levanto la mirada del celular y me encuentro con mi jefe Mayers quien esta riendo por un comentario de su acompañante. Esto no hace mas que enojarme. ¿Quien se cree para decirme que Antonio no me debería haber traído de acompañante cuando Él puede traer a quien quiera?
Tu jefe, idiota.
Levantando mi cara con orgullo decido quedarme en la fiesta. No voy a dejar que nadie me pisotee.
Luego de unas copas y varios bailes con Antonio y otros caballeros de la fiesta se puede decir que estoy muy cómoda, o borracha, o en camino a ser borracha. Todo lo de lo que hablan me parece de lo mas gracioso.
-Sabia que era bueno elegirte como mi acompañante- Me susurra Anto en mi oído mientras me estoy riendo de un comentario de George, jefe de administración de la empresa.
Me giro para mirarlo a la cara y decirle - Ya, claro. Por eso es que tus ojos no paran de estar sobre mi amiga- Mi comentario hace que Antonio de ria a carcajadas haciendo que varias caras se giren a vernos.
Creo que muchos estamos borrachos.
-Tienes razón, pero eso no significa que no seré un caballero y te acompañare a tu casa para que vuelvas sana y salva- Me dice mientras mira su reloj.
Al tomar mi teléfono, me doy cuenta de lo tarde que es y decido acompañar a Antonio a buscar a Jess y después irnos.
Ya en el auto, el cual esta siendo conducido por un señor que nunca vi en mi vida, ya que Antonio fue quien manejos cuando estábamos yendo a la fiesta, nos dirijamos a casa para descansar.
Mañana sera otro día, pienso.
Pero al ver a mis acompañantes, me parece que para ellos la noche tiene mucho mas que ofrecer, y siendo buena amiga cuando se detiene el auto solo me bajo yo y los despido a ambos diciéndoles que son muy jóvenes, que se cuiden y no quiero sobrinos.
Al entrar a mi casa, lo único que hago es quitarme todo lo que llevo puesto y meterme a mi cama, pero me cuenta mucho dormir ya que la cara Alan Mayers aparece en mi cabeza.
Maldito, solo esto me faltaba, que estés en mis sueños. Por favor que mañana no pase nada.
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MI DIOS GRIEGO
RandomAlan Myers, jefe de una de las empresas mas prestigiosas de Nueva York, presumido, arrogante, con un físico de un dios griego , brazos fornidos, un trasero perfectamente esculpido, seria mejor que Dios prohíba que alguien más lo pueda contemplar por...