OMAKE I ¿Aparece Un Nuevo Guerrero~deshu?

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Koga Masaru llevaba diez minutos revisando los papeles del Club de Música cuando le llego la primera petición del día. Enseguida dejo a un lado los papeles en los que estaba trabajando para comprobar lo que la nota decía. La nota la mandaba algún miembro del Club de Atletismo, y le daban las gracias por la ayuda que les había dado durante la última competición, y además le pedían que se uniera formalmente al Club. Koga releyó la nota y la aparto a un lado. Suspiró, pensando en que tendría que escribirles una nota en la cual de manera educada tendría que rechazar la oferta de unirse al club. Siempre pasaba lo mismo con los clubs deportivos: le pedían ayuda, y después le pedían que se uniera al club de turno. No le importaba ayudar a quienquiera que se lo pidiera, ya que por eso se pasó los primeros meses en su primer año en el Instituto Myoudou en todos los periodos de prueba de los clubs deportivos, para luego unirse y más tarde pasar a ser el capitán del Club de Judo, donde por estudiar todas las reglas y usarlas a su favor, se había ganado el apodo del Rey de las Trampas. También había sido durante unos meses el tesorero del Consejo Estudiantil. Fue a causa de todo eso que después de abandonar el Club de Judo y el Consejo Estudiantil, muchos miembros de clubs le pedían ayuda para sus actividades. De cualquier manera, el siempre ayudaba a quienquiera que se lo pidiera. Koga volvió a la mesa, y prosiguió con el papeleo para el Club de Música, que era una confirmación a la petición del Consejo Estudiantil para cambiar los horarios de los ensayos. Debido a su familiaridad con el Consejo, el presidente del Club de Música le "dejaba" ocuparse del papeleo. Al cabo de cinco minutos, Koga había terminado el papeleo y estaba terminando la carta para el Club de Atletismo cuando alguien toco a la puerta.

-Adelante-dijo Koga, mientras apartaba los papeles a un lado de la mesa.

-Con permiso.-dijo su visitante, mientras abría la puerta.

Quien entro en la habitación fue una chica, de estatura mediana, aunque quizá un poco más bajita que la media. Tenía una melena de color azul oscuro que le llegaba por los hombros, con dos mechones que le caían por delante. No le hizo falta mirarla dos veces para reconocerla: era Erika Kurumi, fundadora del Club de Moda. Como de manera automática, Koga repaso mentalmente todo lo que sabía sobre ella. Era la hermana menor de Momoka Kurumi, la modelo de moda del momento. Su padre era un famoso fotógrafo, y su madre había sido una modelo de joven, y ahora llevaba una tienda de ropa llamada Fairy Drop. Algunos alumnos decían que era un poco hiperactiva y bastante cabezota. «Con esa familia, no me extraña que se interesara por la moda» pensó Koga.

-Buenos días. Kurumi-san.-Saludó-.

-Nada de "Kurumi-san".- le contestó Erika -Llámame Erika, Koga-kun.

-Ya nos hemos presentado, así que llámame Masaru.- Los dos se quedaron un rato en silencio- ¿Querías algo?

-Bueno, dentro de unos meses vamos a organizar un desfile en el Club de Moda, y todos nuestros miembros son chicas, y nos haría falta algún chico.- Así que quería saber si te importaría hacer de modelo

-¿Yo? ¿Hacer de modelo?- Eso sí que no se lo esperaba. Aunque por otro lado no era nada extraño. Muchas de las peticiones que recibía eran de ayudar a algún club en alguna actividad, pero solían venir de clubs deportivos. -Esta bien, no tengo ningún problema.

-¿De verdad?- le pregunto Erika sorprendida. Koga estaba seguro de que los ojos le estaban brillando.-Entonces, ¿puedes venir al salón del club para que te vaya tomando las medidas?

-Por supuesto.-Koga se levantó de la silla. Erika le imitó.-Te sigo.

Mientras seguía a Erika por el pasillo, Koga recordó que mientras estaba en el Consejo Estudiantil, oyó decir a la ahora expresidenta Itsuki Myoudouin que hasta el último momento el Club de Moda no había conseguido el mínimo de miembros necesario. Quitando el hecho de que a los chicos esas cosas ni siquiera les interesaban, no entendía porque habían tardado tanto en conseguir el mínimo de miembros. A él personalmente no le hubiera importado unirse, le parecía un club bastante interesante. Y aunque Koga no lo sabía en aquel entonces, su vida iba a cambiar de una manera que nunca se podría haber imaginado en su vida.

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