Tic-toc, tic-toc, suena el reloj de la habitación, avisando que con cada sonido un segundo más avanza en el tiempo.
Dos personas yacen acostadas bajo las tibias mantas, abrazándose como si sus vidas dependieran de ello. Sus pausadas y lentas respiraciones hacen pensar que están durmiendo, sin embargo, no lo hacen. Al contrario, se encuentran despiertos hace minutos, sin decir nada, porque en su relación a veces las palabras están de más.
Solo se observan de vez en cuando, para verificar que el contrario no ha vuelto a caer dormido.
Los segundos vuelven a pasar, transformándose en minutos y a su vez en eternidades infinitas. Porque así es su vida, cada segundo es como una eternidad con el otro, pero no una eternidad tortuosa, sino una eternidad mágica y afable.
La alarma ubicada en el mueble a un costado de la cama suena, avisando que deben de levantarse para comenzar un nuevo día. Un brazo sale de su escondite, soltando el abrazo duradero para poder detener el sonido. Y cuando por fin logra su cometido vuelve a regresar como si de un imán se tratase, volviendo a crear un nuevo abrazo, no tan duradero como el otro, pero igual de cariñoso y reconfortante.
—Ya hay que levantarse, cariño —uno de nuestros protagonistas habla, mientras se sienta en la cama para poder salir un instante de su burbuja de amor. Su cabello se encuentra desordenado, cubriendo medianamente parte de su rostro.
Su nombre es Celeste, es una chica carismática y comprensiva. No es muy alta y sus mejillas son un poco rellenitas, pero de igual forma a los ojos de su novio es la mujer más hermosa en todo el cosmos.
Y aquí es donde entra Dylan, nuestro segundo protagonista (aunque de todas formas los dos tienen la misma importancia). Es un chico amable y tranquilo. Mide aproximadamente unos nueve centímetros más que su novia, por lo que tampoco es muy alto. En su adolescencia tuvo acné y gracias a ello su piel quedó marcada, de todas formas a Celeste no le importa, aún con aquellas marcas le parece el hombre más apuesto. Lo conoció con sus marcas y han pasado tanto tiempo juntos que ella ya se aprendió hasta la ubicación de cada una. Amándolas a todas por igual.
—Ya, ya. Solo un abrazo más y nos vamos a hacer todo lo que tenemos que hacer —sus brazos se escabullen por la cintura contraria.
Cuando sus dedos ya están afianzados unos con otros tira suavemente a su novia logrando que está caiga hacia su pecho. Las manos de la chica quedan en su cabeza gracias a que se encontraba intentando hacerse una coleta.
—¡Oye! —protesta. Aún así se encuentra riendo por la acción de Dylan.
—¿Hice algo malo, cariño? —pregunta con falsa inocencia. Solo para molestar a Celeste, aunque sabe que nunca logra hacer que se enoje por muy infantil e inmaduro que actúe. Su novia dice que aquello le da un toque especial a su relación y eso le gusta, porque no todas las personas aceptan una relación más relajada y no tan cuadrada.
—Quería hacerme una coleta, estoy toda despeinada ¿acaso no ves? —toma su cabello haciendo más notorio su desorden. Y por si fuera poco, lo mueve mostrando las partes más enredadas.
—Ayer por la noche no pensabas en eso cuando estábamos fo...— sus palabras son cortadas cuando unos brazos lo tiran de la cama, cayendo al piso con sus pies enredados en las mantas. Por suerte en el piso hay una almohada que se había caído por la madrugada, haciendo su golpe menos fuerte-—¡Auch, me pudiste haber matado! Por cierto... ¿Has ido últimamente al gimnasio? Siento que un jugador de fútbol me ha golpeado.
—Eres un bobo, hace semanas que no lo hacemos por tu lesión en la pierna. Además, a ti te gusta más el sexo vainilla, así que aunque lo dijeras, cariño, lo siento, pero lo rudo no te va —su tono no es molesto, más bien es un poco burlón. Su novio abre los ojos, sorprendido al escuchar sus palabras.
—Woah... yo solo bromeaba, no tenías que ser taaan directa —Con esfuerzo se pone de pie, procurando ver si su pierna ha sufrido algún daño—. Cuando el doctor dijo que tenía que tener cuidado contigo en la cama hablaba en serio, y yo que había pensado que ese tipo estaba medio loco.
Sin poder evitarlo los dos estallan en carcajadas, llenando por completo de risas su habitación. Celeste extiende su mano aún riendo para acercarlo a ella, y como puede, gracias a la insistente risa, lo abraza balbuceando disculpas por haberle tirado tan de repente, sin siquiera pensar en su pierna.
—No, ya no importa. De todos modos después tendrías que soportarme todo cojo y machucado —intenta sonar indignado, pero sabe que su novia le da sinceras disculpas a pesar de que la risa no hace que suene muy verdadero.
—Yaaaa, te prepararé chocolate caliente para desayunar como última disculpa ¿si?
—Déjame pensarlo. Yo solo quería sonar como esos personajes de los libros clichés, donde la chica y el chico pasan más tiempo en la cama que trabajando o estudiando. Hablando de eso... —con rapidez cambia de tema, ignorando sus propias palabras— antes de que vayamos a trabajar, ya sabes... ¿El desayuno puede también incluir mis galletas favoritas?
—Humm ¿estás dispuesto a acompañarme a la tienda más cercana si ya no tenemos? —ahora con su coleta ya lista se levanta para ir a bañarse.
—Claro que sí, por las galletas hago lo que sea —le responde aún en la cama. Con sus brazos puestos tras su cabeza.
—¿Y por mí? —se gira antes de salir de la habitación.
—Tú sabes que también, mi amor —su respuesta es sincera, y para agregarle más le guiña un ojo intentando ser galante, o al menos lo intenta, cosa que a Celeste le parece inmensamente tierno.
—Bueno, entonces hora de levantarse, señor intento de guiño —y tras darle un perfecto guiño desaparece por el pasillo fuera de la habitación.
Dejando totalmente flechado a su enamorado, que exageradamente lleva su mano a su pecho como si le hubieran disparado en vez de haber guiñado.
▫◾▫
Siguiente parte muy pronto ♡
Cualquier falta ortográfica me avisan, por favor.
![](https://img.wattpad.com/cover/166233536-288-k140279.jpg)
ESTÁS LEYENDO
✎┇5 minutos para enamorarse
RomanceDonde dos jóvenes se aman de una forma tan pura y buena que el destino está celoso de su amor, por esa razón los hace regresar en el tiempo, hasta remontar cuando aún no se amaban. Solo tendrán una oportunidad para reencontrarse y, sin más, enamoras...