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Todo en la firma de autógrafos salió de maravilla, el artista saludaba alegre a sus fans, firmaba autógrafos, se tomaba fotos e incluso secaba lagrimas de emoción de las chicas que lo aman infinitamente.

Altair lo admitía, su música era buena, le recordaba un poco a los clásicos y a Michael Jackson. Aunque nunca nadie podría llegarle a los talones al rey del pop.

Por la noche, la disquera estaba vacía con excepción de Amy, Altair y Mark, como siempre, los últimos en salir.

— ¡No se imaginan! — Mark continuaba eufórico por la noche anterior. — ¡Metallica es la luz! Me tocó estar frente a frente con el mejor baterista de todos los tiempo, ¡Lars me dio una baqueta! Joder, qué momento. —.

Altair negaba con la cabeza con diversión mientras escuchaba a su a sistente hablar, Amy compartía la emoción con él.
Ellos llevaban una amistad muy sincera, incluso se podría jurar que estan juntos, si es que Mark no fuese homosexual.

— ¡Me alegra! Espero que a la próxima pueda asiatir contigo. — Dijo Amy.

— En noviembre tendrán un acústico y ya estoy preordenando, ¡te invitaré yo! Para que no tengas planes ese día. —.

— Chicos, lamento interrumpirlos pero quiero irme a casa, necesito hacer una maleta para un viaje que tengo a Grecia. ¿Podríamos terminar el inventario? —.

Más que regaño, era todo una suplica, era cierto, necesitaba viajar a Grecia para poder visitar a sus padres quienes se mudaron apenas hace un año a vivir cerca de las islas por allá. Lo merecían después de tantos años de trabajo duro. Viven mejor y relajados.

El tercio dio paso rápido al trabajo, y en punto de las nueve de la noche, Altair ya estaba en casa tomando un poco de agua para prepararae un té y beberlo mientras hacía su maleta con ropa para dos semanas de vacaciones. Era justo, amaba las vacaciones que le daban en el trabajo aunque fuesen dos semanas, era suficiente para ella para descansar aunque realmente se la vivía pegada al móvil o al ordenador respondiendo correos, estando al tanto de su trabajo.

“Mamá, mi vuelo salé a las 7:15 A.M. Haré escala, no hubo de otra, les avisaré cuando esté en el aeropuerto.
Los amo, dale mis saludos a papá ”.

Texteó a su madre y luego bloqueó su móvil para poder descansar, tendría un largo vuelo.

.  .  .  .

— Entonces... ¿No reconoces al tipo? —. Lars miraba con tanta pena a su hermano tras lo que le contó, intentaba ayudarlo pero no encontraba la manera, las palabras correctas.

James llegó a la casa de Lars y Jessica por la noche, después de haber salido huyendo de la que iba a ser su nuevo hogar junto a su familia.
Cenaron y fue justo después cuando el rubio decidió contarles el motivo de su visita.

— No y, no importa. La verdad no sentí nada más que verguenza propia. Lo que si... Jamás esperé que Francesca hiciera eso mientras seguiamos casados, fue decepcionante. —.

James no sentía nada  era verdad. Sólo tristeza por sus hijos, amorosamente la chispa se estaba apagando por una pequeña corriente de lumbre que amenazaba entrar hasta que finalmente, la tormenta la apagó. James no sufría por eso.

— Lo siento mucho, James. No tengo palabras... —.

— Tranquilo, sólo necesitaba contarlo, sacarlo. Dejar de sentirme estúpido... —.

— Supongo que levantarás demanda de divorcio, ¿Cuándo? —. Lars sirvió un poco más de agua mineral en su vaso y en el de su amigo de años.

— Saldré de viaje yo solo, tenía planeadas unas vacaciones en una isla en Grecia con mi familia, para ver si podría rescatar algo. No me quedaré con la ganas de montar una motocicleta acuatica, y quizá encuentre distracción por allá. —.

El gesto del rubio cambió, a uno de total seducción, algo que hizo reir al Danés.

— Viejo, tú no cambias... ¿Cuando te irás? —.

— Si puedo mañana. Debo volver antes del acústico en noviembre. Por cierto, estaba pensando, ¿Tocaremos Hero of the day? —.

Lars hizo un gesto pensativo, buscando las palabras correctas para su amigo. No quiero hacerlo enojar o que se sientiera peor. Suficiente tenía ya con su problema matrimonial.

— ¿Aún la alcanzas? —.

El rubio miró mal al danés y se encogió de hombros.

— Gracias por recordarme mi edad. —.

El ojiverde se botó a reír, contagiando a James. Así pasaron la noche hasta que James partió a su casa para prepararse para su improvisado viaje. Con suerte encontraría algún vuelo aunque fuese en clase turista. No le importaba, él sólo necesitaba irse lejos, espejar su mente, olvidarse de todo.

***
Lamento traer esto tan tarde... Hoy fue día de muertos en México y estaba celebrándolo!
Ya se viene lo bueno. ¿? Gracias por leer. <3

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