Capítulo 6

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La noche cayó sin que ninguno de los chicos lo notara. Sin embargo, la presencia del frío nocturno había creado en Jae la necesidad de hacer una fogata.

Jae: Nos vamos a establecer aquí. Por lo menos por esta noche -dejó caer la mochila que había llevado todo ese tiempo en la espalda y fue en busca de los materiales necesarios para poder encender una fogata.

Brian: Principio, ¿A dónde crees que vas?

Jae: Voy en busca de unas ramas, para poder encender la fogata.

Brian: Debes estar loco. No podemos arriesgarnos a que descubran que estamos aquí. No vamos a encender esa fogata.

Jae: No pienso morir de hipotermia porque piensas que un oso vendrá. Yo puedo matarlo, ya lo he hecho antes.

Brian: No lo digo por los estúpido osos -frunció el ceño y tomó a Jae en uno de sus hombros y regresó al lugar en el que Wonpil los esperaba-. No puedo creer que seas tan liviano principito.

Jae: Bájame ya -Brian obedeció- Bueno no me dejaste encender una fogata ¿Cómo demonios piensas que me calentaré esta noche?

Brian: Durmamos juntos -Al lobo le encantaba ver a Jae molesto-. Después de todo, si no te molestó mirar mi trasero creyendo que no me daría cuenta mucho menos ha de molestarte dormir acurrucado en mi pecho ¿Verdad?

Jae: Yo no estaba mirando tu trasero, ni siquiera era consciente de que hacía en ese momento.

Brian: Pues creo que si sigues actuando de esa manera e incluso desafiando mi autoridad, te violaré inconscientemente esta noche principito.

Jae: ¿Qué autoridad? Quizás en tu aldea seas el líder o algo así pero, créeme aquí tú no eres nadie para darme órdenes. Así que, deja de intentar subestimar mis habilidades. Deberías temer por tu vida.

Brian: Nunca había conocido un humano como tú, creo que me he enamorado de tí eres tan encantador -dijo sarcástico-

Jae: Debe ser porque se comieron a todos los humanos que les dieron una 'visita' y a los que capturaron.

Brian: Detente ahí velocista. Nosotros no comemos humanos, son completamente desagradables y repulsivos. Su piel es muy dura y tienen demasiados huesos, es como si estuvieras comiendo un pescado pero con huesos mucho más gruesos. Además aquellos que 'secuestramos' como dices, no pasan mucho tiempo con nosotros.

Jae: ¿A qué te refieres? ¿Qué hacen con los niños que se llevan?

Brian: Bueno, les sucede lo mismo que le va a suceder a Dowoon, son entregados como ofrenda. Sólo seleccionamos a los mejores sumisos, por eso, a pesar de que seas lindo, no te hemos entregado.

Jae: ¿A quién? ¿Por qué? ¿Cómo demonios pueden hacer eso? ¿Y si, alguno de los humanos que entregaron tenía una familia? Imagina que uno de los niños tenía un hermano que ahora no puede dormir por temor a que le esté sucediendo ahora mismo ¿No se han puesto a pensar en eso?

Brian: Principito debes calmarte un poco, responderé a tus preguntas ¿A quién? Aún no lo sabemos ¿Por qué? Son ustedes o nosotros, si nosotros le entregamos esas 'ofrendas', él nos deja en paz y no destruye nuestro poblado ¿Cómo lo hacemos? ¿Y si tienen familia? Bueno intentamos no ganarle cariño a los prisioneros, si lo hacemos...bueno, Wonpil es un muy claro ejemplo -Wonpil no pudo evitar sonrojarse ligeramente- Para que lo compruebes, sí, sí hemos pensado en eso. Gracias por notarlo.

Jae: Aún así, es muy cruel...

Brian: Tú harías lo mismo. Dowoon y tú. Ustedes llegaron a nuestra aldea con el fin de acabar con nosotros para que tu pueblo pueda subsistir y así evitar los saqueos.

Jae: Esa no fue mi razón -murmuró- Ya vuelvo.

Brian: ¿A dónde vas principito? Creí que lo de la fogata había quedado claro.

Jae: Solamente voy a cazar algo -su estómago emitió un rugido-. ¿Ustedes no tienen hambre?

Brian: Wonpil cuida el campamento -el antes nombrado solo asintió- Vamos de excursión principito.

Brian pasó uno de sus brazos alrededor de Jae y, de esta manera, lo atrajo más hacia él. Ambos caminaban adentrándose en el bosque en busca de una pequeña liebre o un pequeño riachuelo en donde poder pescar.

Brian: Espero que la comida cruda sea de tu agrado -Jae lo miró confundido-. ¿Aún no lo entiendes? No vamos a encender una maldita fogata, así que deberías acostumbrarte.

Jae: ¿Por qué? Sé que ya habías dicho que no quieres que nos descubran pero creo que hay algo más.

Brian: Sólo es eso -el lobo sintió su frente fría, estaba sudando-. No hay nada más.

Jae: No puede ser, no puedo creer que no confíes en mí -el rubio soltó sin más al notar el nerviosismo de su contrario-. Si queremos que esto del rescate funcione correctamente debemos tener confianza el uno del otro.

Brian: No te voy a decir nada más -el lobo se estaba cansando de la insistencia del más delgado-.

Jae: ¿Y si...te doy un beso? ¿Lo harás?

Brian: N-no...Bueno sí...¿Tal vez? -la idea de probar los labios del humano lo habían intrigado-.

Si era cierto que cuando un perro veía a su amo sentía igual que ver a su crush o la persona de la que estaba enamorado. A Kang Brian le sucedía algo parecido al ver a Park Jae. No sabía si era por las hormonas totalmente distintas a las que había percibido antes o el hecho de que aquel humano lo había desafiado y no le tenía ni una pizca de miedo. Cosa que inclusive otros licántropos no habían podido hacer en todos esos años en los que había vivido en esa aldea.

Jae: Vamos Younghyun-ah solamente dime el porque te niegas a encender una fogata. Sólo de esta manera podrás obtener tu premio -Al ver que el lobo aún dudaba, Jae fingió algo de decepción- O...es que...¿No quieres darme un beso? ¿No soy lo suficiente para tí YoungK?

Brian: No es eso Jaehyung. Es solo que... deberías -Brian se acercaba lentamente a Jae, su destino eran sus labios. Aquellos labios delgados de color rosado, cuyo sabor había imaginado incontables veces desde que lo vió. Desde esa vez, en la que vió que lágrimas resbalaban por sus mejillas al perder a su pequeño hermano-.

Brian aún no olvidaba a Jae. Desde que llegó con su padre a saquear la aldea humana y se había encontrado con aquel chico que le había robado el aliento con tan solo su presencia. Desde aquella vez no pudo sacarlo de su mente. Siempre iba a visitarlo y aunque el rubio nunca notaba su presencia por estar con Dowoon, le bastaba con verlo sonreír.

Su padre le había hablado del amor cuando aún vivía. Pero, aquella historia era sobre dos lobos ¿Qué pasaba si él se enamoraba de un humano? ¿Podrían ser felices para siempre al igual que en la historia de su padre?

×A Brave Hunter× (Day6)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora