Capitulo 22

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Cuando Jarvis ingreso a la habitación del genio se dio cuenta que esta seguía pulcramente arreglada, tal y como Visión la habia dejado hace dos dias.

—Sigues sin cuidar de ti mismo, señor —susurro Jarvis con preocupación mientras se acercaba a la cama.

Separo cuidadosamente el cuerpo ajeno del suyo, pero el hombre entre sus brazos se negó a apartarse, tirando de su saco cuando el rubio intento levantarse y, debido a esto, Jarvis casi cayó sobre él. Respiro profundo detectando el olor de aceite, sudor y café proveniente del castaño bajo suyo.

"Como siempre imagine que olería" se dijo mentalmente.

Sonrió por esto y se inclino mas hacia el castaño, colocando su frente sobre la ajena. Entonces se percató del calor intenso que desprendia su piel y de las gotas de sudor que resbalaban por sus sienes. Se separó alarmado y coloco su mano sobre la frente ajena: cálido, excesivamente cálido.

La temperatura se ha elevado otro grado mas, actualmente es de 39.2 °C —informo Friday con angustia.

Jarvis de inmediato se levanto y busco utensilios en la habitación que le ayudaran a deshacerse de la fiebre.

El jefe tambien presenta una severa deshidratación, una quemadura de primer grado en su antebrazo derecho, una herida superficial en su mano derecha y una contusión en su costado izquierdo.

Ante el reporte de daños Jarvis estuvo atento a Tony, revisando cada herida que la IA mencionaba y buscando algunas otras que no hubiese detectado y una vez que Friday acabo, no pudo evitar fruncir el entrecejo.
—¿Que era lo que estaba haciendo? —cuestiono mientras peinaba los cabellos alborotados.

El jefe trabajaba en una actualización de la armadura. Tuvo un ataque de pánico cuando se encontró con restos de la armadura que llevaba en Siberia y perdió el control. La contusión y la herida resultaron de este momento. La quemadura fue...

Durante su periodo de trabajo —interrumpió Jarvis —Y la deshidratación fue causada porque no bebía nada mas que cafe, ¿cierto?

Correcto, pero esta vez el jefe no tomo ni una gota de café —dijo Friday con preocupación.

—Visión dijo que le avisaras si algo ocurría, Friday —reprocho Jarvis mientras sumergia un paño en agua.

El jefe me negó decirles cualquier cosa sobre su salud —dijo Friday con un tinte de molestia que no iba hacia nadie en particular, sino a la situación —Y sabes que cuando ordena algo es...

—Como estar atado de manos —suspiro Jarvis con cansancio, mirando el rostro durmiente de Tony —Lo sé. Lo siento, Friday, yo solo... esto no luce bien —se lamento Jarvis mientras acariciaba el rostro ajeno.

¿Puedo sugerir la intervención de alguien que sera de ayuda? —intervino Friday.

Jarvis, un poco extrañado, asintió mientras secaba la frente del castaño.
—Por supuesto. ¿A quien tienes en mente?

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//5:49 a.m//

Él oficialmente estaba harto.

Desde niño habia desarrollado una paciencia infinita a su padre, a sí mismo y a sus crueles compañeros, sabiendo que a veces es mejor callar que contestar. Esa misma paciencia le habia acompañado a lo largo de su vida, esperando siempre lo mejor y encintrando la salida aunque todo estuviese oscuro. Esa misma paciencia le habia garantizado su estabilidad emocional aun despues de su "accidente" y aunque jamás habia pensado que su paciencia fuera a acabarse, esta vez lo estaba confirmando.

El Precio De Los DañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora