Aquel día, al empujarme ese niño, casi me caigo, por lo que me abalancé sobre los brazos de un hombre. Este me agarró evitando que sucediese lo previsible. Después de ese susto me recompuse y pude darle las gracias.
- Oh, gracias...-le dije.
- No pasa nada mujer, te encuentras bien?
- Sí, si no fuese por usted... Ahora mismo estaría en el suelo. (No pude ser más tonta al contestarle esto, claramente que iba a estar en el suelo, ¿dónde si no? ¿en el aire?.
Despues de volverle a dar las gracias me fui hacia la toalla. Como no tenía ganas de seguir allí después de lo que había pasado, opté por irme a casa. En el camino fui pensando en lo guapo que era ese hombre. Parecía mayor, pero se conservaba muy bien. Al llegar a casa, cené, me duché y me fui a dormir, ya que tenía que levantarme temprano para trabajar.
