IV- Confrontación

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La música parecía sonar cada vez más fuerte, la remera se me pegaba al cuerpo por el sudor y el alcohol ya había afectado gran parte de mis sentidos. Luna seguía sin aparecer pero David seguía conmigo. El alcohol parece no afectarle en lo más mínimo, perdí la cuenta de cuanto tomamos a la par después del quinto vaso.

Estaba tan metida en disfrutar el momento que apenas me percato cuando David me toma fuertemente del brazo pegándome a él, evitando que alguien detrás de mí me empuje. Apenas logro percatarme de la multitud que comenzaba a agruparse en el centro de la pista.

— ¿Qué ocurre? —pregunto confundida.

—Parece que hay una pelea —la música se apaga y todos quedan en silencio, solo se escuchan los gritos de Isabelle.

— ¿Por qué no te metes con alguien más?, ¡zorra! —grita furiosa.

— ¿Por qué tú no te metes en tus asuntos?, ¡y creo que eres la menos indicada para llamarme zorra! —conozco ese grito, proviene de Luna.

Rápidamente me adentro hacia el tumulto de gente empujando a todos para llegar hacia mi amiga. David sigue sosteniéndome el brazo sin apartarse de mí en el trayecto.

Franco sostiene a Isabelle para que no se abalance contra Luna quien estaba sola enfrentándose a ella. Me deshago del agarre de David y corro al lado de mi amiga.

— ¡Llego la perra que faltaba! —exclama con furia.

—Cálmate, Isabelle —levanto ambas manos, hablando lo más calmada que puedo.

—Dile a tu amiguita que se calme con mi hermano —dice entredientes.

— ¡Tu hermano es bastante grandecito como para saber con quién quiere estar!, eso no es de tu incumbencia —reclama Luna a mi lado.

— ¡No te metas en problemas conmigo, Dreher! —advierte Isabelle.

— ¡¿O qué?! —la enfrento.

—No me desafíes, Lizeth. Esto no es problema tuyo —amenaza.

—Si involucras a Luna, me involucras a mí —desafío, la adrenalina causada por el alcohol aparece drásticamente. Soltando mi lengua.

—No vas a querer hacer eso, te lo aseguro... socia —pronuncia con repugnancia.

— ¿Qué mierda acabas de decir? —pregunto desconcertada.

—Lo que escuchaste, o además de mojigata, ¿también eres sorda? —suelta divertida.

—Al menos yo no soy la que se regala con media escuela y los amigos de mi hermano —un repentino eco de "OH" se escucha alrededor nuestro. Isabelle se suelta del agarre de Franco y se abalanza sobre mí. No llego a cubrirme cuando el impacto de su puño choca con fuerza sobre mi boca. El sabor metálico de la sangre se hace notar rápidamente.

Luna me aparta enfrentándose a Isabelle tomándola del pelo y tirándola al piso. Franco corre por mi amiga y la toma por los brazos alejándola del lugar. El séquito de Isabelle acude a ella, ayudándola a levantarse y llevándola dentro de su casa. Me cubro adolorida el corte que me hizo y unos brazos me envuelven alejándome de la multitud.

—Habías sido muy desafiante, Evans —comenta divertido David, llevándome frente a la casa. Nos sentamos en la acera. Busco mi celular en el bolsillo de mi pantalón, mis manos tiemblan y la herida sigue sangrando —, toma —David me da un pañuelo que saca del bolsillo de su chaqueta militar. Intento sonreírle agradecida mientras agarro el pañuelo, pero solo logro hacer una mueca extraña.

IndesiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora